Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La mortalidad materna a nivel mundial durante el año 2000 ascendió a 529 000 mujeres que perecieron durante el embarazo o al dar a luz, de las cuales el 95% era de África o Asia, informó el lunes Naciones Unidas (ONU). Las cifras -las más recientes a nivel oficial- corresponden a un informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Naciones Unidas para Actividades de la Población (FNUAP). El informe destacó que de las 529 000 muertes, el 95% ocurrieron en África y Asia (504 000), el 4,0% en América Latina y el Caribe (22 000) y menos del 1,0% (2 500) en los países desarrollados (Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia).

Las tres organizaciones indicaron que el riesgo de morir a causa del embarazo o en el momento de dar a luz en el mundo es de una por cada 74 casos, el cual baja a uno por cada 61 en los países en desarrollo y de uno entre 2 800 en los países desarrollados. Por regiones, en el África subsahariana el riesgo de morir para una mujer en esta situación es de una por cada 16, mientras que en Europa es de una entre 2 400 casos.

Los países con más altos niveles de mortalidad materna son Afganistán y Sierra Leona, con una relación de una por cada seis mujeres embarazadas, que contrasta con Suecia, con una por cada 29 800 mujeres (en todo el año 2000 sólo se registraron dos muertes).

En América Latina, con 22 000 muertes en el 2000 y una tasa promedio de una entre 160 mujeres, destacan Brasil con 8 700 muertes (una por cada 140), seguido por Perú con 2 500 muertes (una por cada 73) y de México, con 1 900 (una por cada 370). No obstante, los países de la región con mayores tasas de mortalidad materna son Bolivia con 1 100 muertes, con un caso por cada 47 mujeres, y Guatemala, con 970 muertes y una relación de una muerte por cada 74 mujeres.

Las naciones con menores tasas son Cuba, con 45 muertes en todo el año 2000 y una relación de una entre 1 600 mujeres, y Chile, con 90 muertes y un caso por cada 1 100 mujeres.

Según la UNICEF, el FNUAP y la OMS, reducir el riesgo de mortalidad materna es un factor esencial para que los niños, sobre todo en los países más pobres, puedan llegar a tener una vida digna y con posibilidades, al crecer en un entorno familiar adecuado. Asimismo, indicaron que la mayoría de las muertes maternas ocurren como resultado de tres "retrasos": a la hora de detectar complicaciones para la madre, para encontrar opciones médicas y en recibir buenos cuidados médicos. "Los esfuerzos para poner fin a estos retrasos son básicos para prevenir la muerte de las madres y de los hijos", señalaron en el informe, que también hizo hincapié en la necesidad de educar y mejorar el acceso a programas de planificación familiar. "La muerte de una madre durante el embarazo o al dar a luz es una tragedia humana en el nivel individual, familiar y social. Las posibilidades de sobrevivir para sus hijos disminuye cuando la madre muere", advirtieron las agencias.

Los tres organismos dependientes de Naciones Unidas se comprometieron a seguir trabajando en los países menos desarrollados para tratar de paliar esta situación y frenar las tasas de mortalidad con adecuados programas de salud y atención médica.