Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La cirugía de mínima invasión y robotizada será la protagonista del mayor foro europeo de cirujanos cardíacos y de tórax, con cerca de 5 000 participantes de 93 países, que se celebrará entre los días 12 al 15 en Viena y durante la cual se efectuarán varias intervenciones quirúrgicas. La sustitución de una válvula del corazón o una operación de los pulmones, hace pocos decenios una aventura de perspectivas muy inciertas, se puede realizar actualmente con pronóstico mejorado, con menos dolor y sangre, e incluso se aplica a pacientes de ochenta y noventa años. Así lo subrayaron los organizadores del congreso conjunto de la Asociación Europea de Cirugía Cardíaca y Tórax con la Sociedad Europea de Cirujanos Torácicos, que comenzará con un gran simposio tecnológico en el que los congresistas podrán observar en directo varias operaciones con participación de expertos internacionales, en creciente número procedentes de Rusia y países del este europeo.

Según explicó el cirujano austriaco Walter Klepetko en una conferencia de prensa, durante el congreso se transmitirán desde la Clínica Universitaria de Viena intervenciones de endoscopia y robotizadas en el corazón y los pulmones, y se presentarán por video materiales nuevos para la sustitución de válvulas cardíacas.

Una de las operaciones será la colocación de un bypass en el corazón con asistencia de robot, que será transmitida desde Leipzig (Alemania) y que será practicada con mínima invasión, introduciendo una cámara en el tórax, sin que el paciente sufra más inconvenientes que tres pequeños orificios de entrada en el pecho. Además, las aberturas se cerrarán con nuevos dispositivos automáticos que hacen unas costuras muy exactas en vasos sanguíneos y tejidos. También se verá la operación de un aneurisma (dilatación peligrosa) del cayado de aorta con la introducción de un stent, diminuta malla metálica, en el vaso sanguíneo, intervención de la que posteriormente quedan tan sólo dos pequeñas cicatrices de cuatro centímetros cada una, en el tórax y en la ingle.

Klepetko, jefe del programa de trasplantes pulmonares de la Clínica Universitaria de Viena, mostrará un método de trasplante pulmonar para el cual se parte en dos un órgano de donante, de manera que puedan beneficiarse dos enfermos de un solo pulmón donado, y que en Viena se aplica ya en el 20% de las intervenciones. El programa científico del congreso presenta también un tratamiento al enfisema pulmonar probado internacionalmente en 80 pacientes, sobre el cual comienza ahora un estudio a gran escala. El enfisema pulmonar es una dolencia muy frecuente que consiste en la dilatación de los espacios aéreos bronquiales, con lo que los pulmones pierden elasticidad hasta el punto que el aire queda atrapado y el paciente tiene dificultades para respirar. En estos casos se introducen unas diminutas válvulas de vía única en los pulmones que dejan escapar al aire y aligeran la respiración, lo que mejora considerablemente la calidad de vida del enfermo.

Una de las cuestiones prioritarias en el congreso serán los nuevos productos en el sector de las válvulas cardíacas, donde la medicina ha tenido hasta ahora dos posibilidades, de las que cada una tenía sus ventajas y sus desventajas, a las que los expertos están buscando solución desde hace unos veinte años.

La válvula "mecánica", fabricada principalmente de titanio revestido, puede durar toda una vida pero provoca en algunos casos apoplejías y otras complicaciones posteriores a la intervención, y además obliga a tomar continuamente un medicamento contra la coagulación sanguínea. La válvula "biológica", natural del cerdo o vacuno, no implica el riesgo de coágulo sanguíneo pero se degenera con el paso de los años, por lo que no se suele implantar hasta que el paciente tiene unos sesenta y cinco años como mínimo. Ahora se han desarrollado unas válvulas nuevas que pretenden combinar las ventajas de ambas.

Como lo pide la tradición de Viena, los asistentes al congreso también podrán festejar y bailar, y se celebrará una misa en la catedral de San Esteban, donde un paciente operado con éxito cantará un aleluya y se interpretará una pieza musical dedicada particularmente a esta reunión de cirujanos.