Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Análisis de sangre y ecografías durante el primer trimestre del embarazo pueden ayudar a mejorar la detección del síndrome de Down 013trisomía 21- y del síndrome de Edwards 013trisomía 18-, según los resultados de un nuevo estudio que publica "The New England Journal of Medicine".



Investigadores estadounidenses de la Drexel Medicine explican que ambas anomalías genéticas, responsables de retraso mental, suelen detectarse en el segundo trimestre de la gestación. Utilizaron tests sanguíneos y ecografía para realizar el cribado de 8.216 embarazadas en el primer trimestre, lo que permitió detectar al menos el 79% de los casos de síndrome de Down. La estrategia empleada es más efectiva incluso en el síndrome de Edwards, ya que logró detectar el 91% de los casos.



En ambos casos, el cribado resultó funcionar mejor en mujeres de 35 años o más, grupo en el que se detectaron todos los casos de síndrome de Edwards.



Para los autores, la estrategia de cribado utilizada en el primer trimestre es equiparable, en cuanto a efectividad, con los métodos que se emplean actualmente en el segundo trimestre.



En el análisis de sangre se miden los niveles de gonadotropina coriónica humana beta libre y de proteína plasmática A asociada al embarazo, mientras que con la ultrasonografía se mide la translucencia nucal fetal.



New England Journal of Medicine 2003;349:1405-1413