El Premio Nobel de Medicina 2002 John Sulston abogó en Pamplona por que la sociedad imponga límites a la genética. "Es bueno que socialmente se pongan límites, que se debatan los temas y se limite razonablemente lo que se puede hacer o no", expuso este experto, que pronunció en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra la V Lección Conmemorativa Eduardo Ortiz de Landázuri. El Dr. Sulston, que está más dedicado en la actualidad a los aspectos sociales y éticos de la genética, afirmó que la ciencia descubre cosas y la sociedad tiene que decir dónde poner las barreras. Puso como ejemplo que en la mayoría de los países la clonación reproductiva está prohibida, algo que considera bueno porque hay datos que demuestran que la clonación es peligrosa y genera animales defectuosos. Según expuso, el genoma puede abordarse desde dos puntos de vista: por un lado, cómo pueden beneficiarse de los progresos obtenidos los países desarrollados y, por otro, cómo pueden aplicarse esos progresos en los países menos beneficiados y cómo se pueden afrontarse muchas enfermedades propias del Tercer Mundo. John Sulston señaló que el estudio de la genética se refleja en los diagnósticos de enfermedades, algunas se detectan con mayor precisión. Y en el futuro, añadió, se estudiarán diferentes aspectos. "En el caso del cáncer, por ejemplo, comparando genes se podrán diseñar nuevos fármacos", dijo, y manifestó que en unos 20 años quizás estos conocimientos permitan curar estas enfermedades. Sobre los retos de la investigación, señaló que la ciencia es una aventura, "un viaje en el mundo del descubrimiento", y que "cuanto más conocemos más nos damos cuenta de lo poco que sabemos". John Sulston recibió, junto a S. Brenner y R. Horvitz, el premio Nobel de Fisiología y Medicina de 2002 "por sus descubrimientos en torno a la regulación genética del desarrollo de los órganos y la muerte celular programada". El trabajo con el gusano Caenorhabditis elegans le llevó a construir los primeros mapas del genoma de este animal y a comenzar un proyecto para leer la secuencia completa del mismo. Además, su contribución en la secuenciación del genoma humano fue reconocida con el premio Príncipe de Asturias de 2001. |