Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Institutos de investigación alemanes desarrollan sistemas técnicos de olfato o "narices artificiales" que ofrecerán prometedoras ventajas para el sector médico e industrial. De acuerdo con portavoces de la firma alemana Rostock System Technik, que desarrolló ese sistema, las bacterias o los hongos se delatan a través de productos metabólicos que despide el cuerpo humano en la respiración. Agregaron que esas sustancias se adhieren a una superficie de metal y provocan cambios en el flujo de corriente del aparato de medición y "los valores obtenidos sirven para la identificación de los gérmenes que afectan al paciente".

La nariz artificial puede servir en las fábricas para detectar errores al tostar el café, o para advertir a tiempo que el aceite de una máquina debe cambiarse, así como para dar señales de enfermedades infecciosas. El centro cardíaco de Berlín cuenta con un sistema artificial del olfato con el que vigila el estado de salud de los pacientes. El prototipo puede detectar en la respiración de una persona si está presenta alguna enfermedad.

Rostock System Technik señaló que la idea de ese sistema surgió a raíz de la experiencia de algunas enfermeras, quienes dijeron detectar por el olfato las infecciones de los pacientes. Actualmente se llevan a cabo estudios con alrededor de mil pacientes y los primeros resultados se darán a conocer en octubre próximo.

El equipo del experto Peter Boeker, del instituto para ingeniería rural de la universidad de Bonn, desarrolló por su parte una nariz artificial que sirve para vigilar los procesos de producción en una fábrica a través de los olores.

Boeker señaló que esos sensores se probaron ya en una fábrica de papel, y agregó que el aparato puede oler si durante el secado o al untar ciertas sustancias químicas se utilizan temperaturas demasiado altas. "En caso que se detecten olores ajenos a lo normal, entonces se puede reducir la velocidad de las máquinas o introducir un filtro especial. La nariz artificial podría servir también para otros procesos de producción", indicó. Agregó que la nueva tecnología se crea con ayuda de cristales de cuarzo vibradores que se cubren con una sustancia química gelatinosa, de manera que las moléculas se depositan sobre esa y aumentan su peso.

"El metal vibra de forma más lenta y los expertos lo detectan", es un nuevo sistema artificial del olfato que combina seis tipos de cristales vibradores y cada uno de ellos se cubre con una sustancia química diferente, de manera que cada uno capta un olor diferente, dijo.

El experto de la universidad de Bonn resaltó además que a pesar de esos avances la nariz humana es superior a las máquinas, lo que se debe a las numerosas experiencias que se archivaron a lo largo de la evolución. "Por eso la nariz del hombre reacciona de manera muy fuerte contra olores que desprenden los alimentos en descomposición, al tiempo que también percibe olores agradables incluso en concentraciones mínimas", precisó.

Boeker señaló que si bien el olfato de los seres humanos es insustituible, la nariz artificial sirve para apoyar el sector industrial, donde se necesita una función duradera y eficaz. "En este aspecto la técnica supera al hombre, ya que la nariz humana se cansa con el tiempo y deja de percibir cierto aroma después de olerlo durante mucho tiempo", recalcó.