Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Médicos informaron el viernes en Irlanda del Norte haber logrado reducir el avance de un caso de la grave nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt Jakob (v-CJD) en un joven de 19 años, por el controvertido método de inyectarle directamente en el cerebro una substancia licuadora de la sangre.

Especialistas de todo el mundo han llegado a Belfast para examinar el progreso de Jonathan Simms, que recibió el tratamiento solo después que su familia recibiera del Tribunal Supremo de Londres permiso para hacerlo.

"Este muchacho ha vivido un año más de lo que se predecía y diez meses más que la expectativa promedio de vida de víctimas del v-CJD, dijo su padre, Don Simms. "Hemos observado pequeños pero importantes cambios en su estado desde que tuvo el tratamiento", añadió. El muchacho puede ahora tragar, reaccionar a instrucciones verbales y decir la palabra mum (mamá), dijo.

Es esta la primera vez en el mundo en que para el tratamiento de la enfermedad de Creutzfeldt Jakob se utiliza pentosán polisulfato (PPS), una sustancia que incrementa la fluidez de la sangre y que se ha desarrollado ya por ocho meses.

Jonathan, que se preparaba para ingresar en la universidad y se había destacado como prometedor futbolista juvenil, fue atacado hace dos años de esta forma humana de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o "mal de las vacas locas".

"Creemos que desde el comienzo del tratamiento la enfermedad se ha detenido", dijo a la BBC Stephen Dealler, experto británico en CJD.

Pese a ello, Jonathan permanece gravemente discapacitado. Está postrado en la cama, con grave dificultad para moverse o interactuar con visitantes, y debe ser alimentado mediante un tubo que entra directamente en el estómago. Si bien no hay esperanzas de que se revierta su estado, médicos que conocen su caso afirman que ha hecho alentadores progresos.

Los expertos británicos relacionan el v-CJD directamente con el mal de las vacas locas, aunque ello no está completamente demostrado. Más de 100 personas, muchas de ellas jóvenes, han muerto de esta enfermedad, aunque los expertos creen que personas mayores han sucumbido también sin haber recibido un diagnóstico. La enfermedad, en sus varias formas, hace aparecer agujeros en el cerebro, lo que resulta en comportamiento extraño y falta de coordinación muscular, conduciendo a una muerte lenta y difícil.