Investigadores del Medical College de Georgia (Estados Unidos) recomiendan en "Circulation" que todos los pacientes que hayan experimentado un ictus isquémico sean examinados para detectar posibles problemas cardíacos, dado que la enfermedad coronaria silente afecta a alrededor de un 40% de esos pacientes. Tras revisar varios estudios acerca de la evolución de pacientes que han experimentado un ictus, los autores calculan que a los dos años del accidente cerebrovascular un 5% de los supervivientes ha experimentado un infarto de miocardio. Además, señalan que tales enfermos también tienen más probabilidades de experimentar un segundo ictus. "El riesgo de infarto de miocardio mortal, comparado con el de un segundo ictus, es relativamente modesto 013escriben los investigadores, pero es importante y debemos considerar la realización de pruebas para reducir el riesgo en algunos casos". Circulation 2003;108:1278-1290 |