Entre muchas otras ideas, conceptos y preguntas el autor expresó; ¿Es que acaso puede hablarse de sociedad del conocimiento desligada de la capacidad crítica de sus miembros? ¿Puede concebirse una sociedad en red, cuando las mayorías no participan de las decisiones esenciales? ¿O puede aceptarse acríticamente una sociedad de la información en la que los medios de comunicación son manipulados y responden a los intereses de unos grupos de poder? Es decir, no existen conceptos desconectados de una génesis, una historia y unos intereses, sean estos de un tipo u otro. Son productos sociales y culturales y como tales deben ser entendidos, cuestión que muchas veces es ignorada. Muchas veces he reflexionado sobre la fuerza ordenadora que pueden tener los conceptos cuando son pensados como herramientas de transformación de la realidad y cuando están enraizados en ella. Imaginemos que fuéramos consecuentes con el principio axiomático que ordena la Constitución cubana y que muchas veces olvidamos: “Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.” Convertido en axioma de primer orden, todas las leyes, reglamentos, regulaciones y al final todo el accionar de la nación, tendría como referente último y orientador la lucha por la construcción de una “sociedad de la dignidad”, no como utopía a largo plazo, sino como una forma concreta de vivir el día a día. Al propio tiempo, la mejor forma de evaluar los resultados de las intervenciones que se realizan, sería la medida en que contribuyen a elevar esa vida digna. Es decir, que una “sociedad de la dignidad” implicaría luchar permanentemente por producir y asegurar, junto a la vivienda digna, la salud y la educación, un acceso abierto a la información, al conocimiento y a la cultura, y fomentar redes de personas e instituciones que, en libertad, luchen por la dignificación de los seres humanos y que alinean sus recursos y fuerzas para el mejoramiento en condiciones de equidad de la existencia digna de todos sus integrantes. “Con todos y para el bien de todos”, diría Martí. Todo tomado de Cubadebate |