El virus del sida logra infectar las células engañando al subsistema inmunológico, utilizando algunas proteínas humanas como una capa para esconderse y entrar sin problemas en las células. El descubrimiento, publicado en la versión electrónica de la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos ( PNAS),pone fin a más de 20 años de investigaciones destinadas a comprender cómo el VIH logra eludir la vigilancia del subsistema inmunológico. Además, ayuda a comprender finalmente por qué todas las estrategias de vacunación intentadas hasta ahora no funcionaron. La última astucia del VIH fue desenmascarada por tres inmunólogos de la universidad norteamericana Johns Hopkins, según los cuales el mismo mecanismo de acción es común a toda la familia a la que pertenece el virus del sida, los retrovirus. "Al tratar de comprender los mecanismos de infección o para poner a punto la vacuna, la mayor parte de los investigadores hasta ahora concentraron la atención en las proteínas virales", observó uno de los autores del estudio, el farmacólogo James Hildreth. "Si nuestra hipótesis es cierta, agregó, y los retrovirus pueden contar con la complicidad de las proteínas humanas, las vacunas basadas sólo en las proteínas virales no podrán nunca estar en condiciones de prevenir la infección". El descubrimiento de los estudiosos norteamericanos explica por primera vez el fracaso de las vacunas antisida dirigidas contra las proteínas que se encuentran en la superficie del VIH. En teoría las vacunas tendrían todas las cartas en regla para bloquear la infección, pero el virus logra eludirlas protegiéndose dentro de la capa de proteínas y con este engaño invade fácilmente las células, observó el bioquímico Stephen Gould, que firmó el trabajo junto a Hildreth y Amy Booth. Para trasladarse de célula en célula con el fin de replicarse, el virus del sida, y todos los otros retrovirus, se ponen a salvo, protegidos por el envoltorio de proteínas humanas, familiares al sistema inmunológico. Las proteínas virales, en cambio, entran en acción exclusivamente en el momento en el cual el virus alcanzó la célula, y se adhiere a la misma para invadirla. En algunos casos, sin embargo, las proteínas virales no entran en acción y el virus se limita a transportar moléculas de una célula a la otra. Según Gould, "estas hipótesis logran vincular todo lo que se conoce sobre los mecanismos con los cuales las moléculas son transportadas de una célula a otra, con gran parte de lo que se sabe sobre el VIH y sobre los otros retrovirus". Ahora que se reveló el truco, los autores del descubrimiento consideran que podría ser posible impedir la infección tomando como nuevo blanco el envoltorio de proteínas humanas en el cual se esconde el virus del sida. Las proteínas que el virus utiliza como capa son los primeros centinelas en entrar en acción cuando un elemento extraño penetra en el organismo. Por ejemplo, son los responsables de la reacción de rechazo en los trasplantes. Una solución, según los investigadores, podría ser aumentar el nivel de este tipo de respuesta inmunológica para desencadenar inmediatamente las proteínas contra el virus, al punto de destruirlo antes que comience la infección. |