Un total de 22,5 millones de europeos presenta deficiencias auditivas, de los que 2 millones son sordos, lo que supone el 6% de la población, según ha hecho público la Comisión Europea con motivo del Día Mundial de la Sordera, que se celebra hoy 1 de septiembre. El coste financiero de este colectivo se estima en 78.000 millones de euros por año, es decir, un coste anual medio de 3.500 euros por paciente, lo que incluye la enseñanza especializada, terapia del lenguaje, prótesis auditivas, honorarios de médicos generales y especialistas. Estos costes son superiores a los resultados acumulados de la epilepsia, la esclerosis en placas, la traumatología espinal, los accidentes vasculares cerebrales y el Parkinson, pero además se encuentran en aumento debido a las condiciones sonoras y al envejecimiento. De hecho, la pérdida auditiva es la tercera causa de incapacidad crónica, después de la artritis y la hipertensión. A lo largo de los 7 últimos años, la Comisión ha dedicado más de 10 millones de euros a la investigación respecto a diferentes aspectos de la sordera. Uno de los proyectos ha identificado varios genes que, cuando se han deteriorado, generan sordera hereditaria y se ha detectado que en el 50% de los casos el origen de estos problemas es genético. En el marco del proyecto VOICE, el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea aborda otros problemas que genera la sordera como el acceso a la información, las comunicaciones y la educación, sensibilizando a los utilizadores, fabricantes y suministradores de tecnología de reconocimiento vocal. El objetivo es ayudar, de manera eficaz y económica, a los personas con deficiencias auditivas a ampliar sus capacidades de comunicación, adaptarse a su medioambiente y mejorar su calidad de vida. |