Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una investigación realizada por el Beatson Institute for Cancer Research, en Reino Unido, ha demostrado que la presencia de un gen específico (P-Rex1) es imprescindible para que un melanoma maligno se extienda a otras partes del cuerpo. El descubrimiento, publicado en Nature Communications, prueba la importancia de P-Rex1 en la metástasis del melanoma.

A diferencia de la mayoría de los cánceres, el melanoma maligno se da de una forma desproporcionadamente más frecuente en la población más joven que en otros grupos de edad. En Reino Unido, cada día se diagnostica la enfermedad a dos adultos de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, y el número de fallecimientos se cifra en 2.560 (por 46.000 en todo el mundo).

Gracias a una beca de la Association for International Cancer Research (AICR), el equipo del profesor Owen Sansom, del Beatson Institute for Cancer Research ha demostrado en ratones el papel que desempeña el P-Rex1 en la expansión del melanoma.

En concreto, los investigadores han observado que la presencia de P-Rex1 determina la expansión del melanoma; con todo, todavía no han descifrado el mecanismo exacto que utiliza el P-Rex1 para conducir la metástasis y qué se bloquea cuando se elimina P-Rex1.

Según el profesor Sansom, "P-Rex1 no está presente en la mayoría de otros tipos de células humanas normales, lo que subraya su idoneidad como gen para ser 'apagado' con quimioterapia, ya que es improbable que aparezca ningún efecto secundario no deseado en las células sanas que estén próximas".

"Anteriores estudios con líneas de células cancerígenas demostraron la implicación del P-Rex1 en próstata, mama y ovario, pero ésta es la primera vez que se demuestra su implicación en la metástasis del melanoma en modelos de ratón, así como su presencia a niveles altos en tumores humanos y líneas celulares donde eso conlleva la invasión de los tejidos próximos", concluye Sansom.



Nature Communications (2011); doi:10.1038/ncomms1560