Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Biólogos de la Universidad de Florida han encontrado una explicación al hecho de que el dedo anular de los hombres sea generalmente más largos que su dedo índice, y por qué ocurre a la inversa en las mujeres. El hallazgo podría ayudar a los profesionales médicos a entender el origen de ciertas conductas y enfermedades, lo que contribuiría decisivamente a la personalización de los tratamientos o a la evaluación de riesgos en el contexto de condiciones médicas específicas.

En un artículo, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los biólogos Martin Cohn y Zhengui Zheng, del Instituto Médico Howard Hughes y el Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida (Estados Unidos), explican que las proporciones de los dedos de hombres y mujeres están determinadas por el equilibrio de las hormonas sexuales durante el desarrollo embrionario temprano.

El descubrimiento proporciona una explicación genética a una serie de estudios que relacionan las proporciones de los dedos con rasgos como el número de espermatozoides, la agresividad, la pericia musical, la orientación sexual o la destreza deportiva. Desde hace tiempo se sospecha que la relación entre los tamaños de los dedos se ve influida por las hormonas sexuales, pero hasta ahora la evidencia experimental directa era insuficiente.

"El descubrimiento de que el crecimiento de los dedos en desarrollo es controlado directamente por los andrógenos y la actividad del receptor de estrógeno confirma que las proporciones de los dedos son una firma de por vida de nuestro entorno hormonal temprano", afirma el doctor Cohn, y añade que "además de comprender la base de una de las diferencias más extrañas entre los sexos, es emocionante pensar que nuestros dedos pueden decirnos algo acerca de las señales a las que fuimos expuestos durante un corto período de nuestro tiempo en el útero".
Cohn y Zheng descubrieron que los dedos en desarrollo de los embriones de ratones machos y hembras está relacionado con los receptores para las hormonas sexuales. Al seguir el desarrollo prenatal de los dedos de los ratones, similares a los humanos, los científicos llegaron al gen de la señalización de los efectos del andrógeno -también conocida como testosterona- y el estrógeno. En esencia, una mayor cantidad de andrógeno equivalía a un cuarto dedo proporcionalmente más largo. El estrógeno, por el contrario, redundaba en la feminización del aspecto.
El estudio puso de manifiesto cómo estas señales hormonales regulan la velocidad a la que las células precursoras dividen el esqueleto, y demostró que los huesos de los dedos tienen diferentes niveles de sensibilidad a los andrógenos y estrógenos.
Desde la época romana, se ha asociado el cuarto dígito de la mano con el uso de anillos. En muchas culturas, un dedo anular más largo en los hombres ha sido tomado como un signo de fertilidad. "He estado tratando de entender este rasgo desde el año 1998", afirma el doctor John T. Manning, profesor de la Universidad de Swansea en el Reino Unido, que no participó en la investigación actual.
"Cuando Zheng y Cohn bloquearon los receptores de testosterona, obtuvieron un radio de tamaño digital femenino", comenta Manning, "cuando añadieron testosterona, rasgos supermasculinos, y cuando agregaron estrógeno, rasgos superfemeninos. El estudio nos ha proporcionado una lista de 19 genes sensibles a la testosterona y a los estrógenos prenatales. Gracias a ello, ahora podemos estar más centrados en el examen de los vínculos entre el tamaño de los dedos y algunas conductas sexuales, enfermedades del sistema inmune, enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer".