Investigadores de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos) han identificado un canal iónico crítico para algunas formas de picor. Su trabajo se publica en la edición digital de la revista Nature Neuroscience.

 

El picor o prurito, como el dolor, ejerce una función protectora bajo condiciones normales. Sin embargo, el picor patológico es un trastorno debilitante que acompaña a numerosos trastornos de la piel y sistémicos. En muchos casos, el picor patológico es resistente a los tratamientos antihistamínicos.

 

Los científicos, dirigidos por Diana Bautista, utilizaron distintas técnicas farmacológicas y genéticas para probar en ratones los mecanismos del picor independientes de las histaminas. Descubrieron que dos componentes químicos que evocan el picor independiente de las histaminas, incluyendo el fármaco antipalúdico cloroquina, que puede producir picor como efecto secundario adverso, controlan la excitabilidad neuronal a través de un canal iónico llamado TRPA1.

 

Las neuronas sensoriales de los ratones deficientes en TRPA1 tienen una menor respuesta ante la cloroquina y los investigadores descubrieron que los ratones muestran poco o ningún picor en respuesta al fármaco.