La actividad física ocasional, lo mismo que la actividad sexual ocasional, se asocian a un mayor riesgo a corto plazo de infarto de miocardio, según un estudio del Centro Médico Tufts en Boston (Estados Unidos), que se publica en JAMA. Los investigadores realizaron una revisión de estudios previos que examinaron si la actividad física episódica y la actividad sexual pueden actuar como un desencadenante de los episodios cardíacos, y encontraron una asociación entre estas actividades y el riesgo a corto plazo de infarto de miocardio y muerte súbita cardíaca, aunque el riesgo absoluto fue pequeño y reducido entre personas con altos niveles de actividad física regular. Los científicos, dirigidos por Issa J. Dahabreh y Jessica K. Paulus, realizaron un metaanálisis para examinar la asociación entre la actividad física episódica y la actividad sexual y los episodios cardíacos agudos, así como la interacción de los niveles de actividad física regulares con el efecto desencadenante de estas exposiciones. Identificaron 14 estudios que reunían los criterios para la inclusión en los análisis. Descubrieron que, de forma global, los estudios sugerían una asociación (3,5 veces más riesgo) entre la actividad física episódica y el infarto de miocardio. También existía evidencia de un aumento en el riesgo de muerte cardíaca súbita (MCS) desencadenada por ejercicio físico episódico. De forma global, la actividad sexual episódica se asoció con un riesgo 2,7 veces mayor de infarto. Los autores también descubrieron que, debido a que estas exposiciones de ejercicio físico episódico y actividad sexual son infrecuentes, el riesgo absoluto de que estas actividades desencadenen un episodio cardíaco es pequeña. Los subgrupos de pacientes con mayores niveles de actividad habitual tendían a ser menos susceptibles al efecto desencadenante de la actividad física episódica. El análisis indicó que el riesgo relativo de infarto de miocardio desencadenado por la actividad física episódica fue menor en aproximadamente un 45%, y un 30% en muertes súbita, por cada vez adicional por semana que una persona se exponía habitualmente a la actividad física. La conclusión de los investigadores es que la revisión de los 14 estudios sobre episodios cardíacos agudos muestra una asociación significativa entre la actividad sexual y física episódica y el infarto de miocardio y evidencia que sugiere una asociación entre la actividad física episódica y la muerte súbita. A su juicio, lo más importante es que estas asociaciones pueden modificarse mediante la actividad física habitual y que los individuos con mayores niveles de actividad habitual experimentan aumentos mucho menores en el riesgo, en comparación con los individuos con menores niveles de actividad. JAMA. 2011;305(12):1225-1233 |