![]() La tasa alcanzada en el 2010, 4,5 por mil nacidos vivos, sin precedentes en Cuba, no es más que la confirmación del esfuerzo realizado por un país, pobre y bloqueado, que ha logrado situarse como la nación de las Américas con más baja mortalidad infantil. En el año concluido se produjeron 127 710 nacimientos, 2 326 menos que en el 2009 y se registraron 45 defunciones menos. Villa Clara logra la más baja mortalidad del país (2,5), y otras siete provincias se sitúan por debajo de 5,0: Holguín, 3,0; Cienfuegos y Matanzas, 3,7; Camagüey, 4,4; Granma, 4,7; Pinar del Río y Sancti Spíritus, 4.9. El municipio especial Isla de la Juventud muestra 2,8. Las provincias con un resultado superior a 5,0 no sobrepasan los 5,7, exponente de la equidad del sistema social. Entre los factores que han contribuido a estas favorables tasas se encuentran: la voluntad política del Gobierno cubano de ofrecer atención a la salud de todos los ciudadanos, con especial esmero a las madres y los niños, la existencia de un alto grado de escolarización de la población, el programa de vacunación que abarca 13 enfermedades, con una cobertura de prácticamente el ciento por ciento de los niños, el disponer de un sistema de salud universal, accesible y gratuito para toda la población, sustentado en una amplia red de centros asistenciales e instituciones de atención primaria, junto a sistemáticas campañas de promoción y prevención. Más información, Mirada a los orígenes
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