Un nuevo estudio revela que las embarazadas con preeclampsia suelen tener niveles más bajos de vitamina D en sangre que el resto de las mujeres que están esperando un bebé, lo que eleva la posibilidad de que la vitamina influya en la aparición de esa complicación gestacional. Los autores del estudio hallaron que los niveles de vitamina D tendían a ser más bajos en las 50 mujeres con preeclampsia grave temprana que en las 100 embarazadas saludables. El nivel promedio en el primer grupo era de 18 ng/ml frente a 32 ng/ml en el segundo. Está en debate cuál es el nivel adecuado de la vitamina en sangre, pero muchos expertos aseguran que se necesitan por lo menos 32 ng/ml para cuidar la salud. Los resultados, del equipo del Dr. Christopher J. Robinson de la Medical University of South Carolina, Estados Unidos, publicados en American Journal of Obstetrics & Gynecology, no prueban que la deficiencia de vitamina D cause la aparición temprana de la preeclampsia grave. Sin embargo, se suman a los resultados de estudios recientes que identificaron nexos entre la vitamina D en sangre, o su consumo, y los riesgos de salud del huésped. Mayor riesgo en afroamericanas Si la vitamina influye en el riesgo de desarrollar preeclampsia, dijo el Dr. Robinson, eso explicaría por qué las afroamericanas corren más peligro de sufrir esa complicación que las mujeres de otras etnias, aun tras considerar factores como el ingreso y el acceso al sistema de salud. La vitamina D se sintetiza naturalmente en la piel con la exposición al sol. Este proceso es menos eficiente en personas con piel oscura y estudios previos habían hallado que las afroamericanas suelen tener niveles más bajos en sangre. Los nuevos resultados surgen de 50 embarazadas con preeclampsia temprana y 100 mujeres con embarazos saludables atendidas en la Medical University of South Carolina. El 54% del grupo con preeclampsia tenía deficiencia de vitamina D (menos de 20 ng/ml), comparado con el 27% del grupo saludable. Sólo el 24% de las mujeres con preeclampsia tenían niveles superiores a los 32 ng/ml, a diferencia del 47% del grupo de control. Para el Dr. Robinson, es biológicamente posible que la vitamina modifique el riesgo de desarrollar preeclampsia. La vitamina D actúa como una hormona y ensayos en laboratorio demostraron que modificaría la regulación y el funcionamiento de las proteínas en la placenta; los problemas del desarrollo de la placenta serían parte del origen de la preeclampsia. Por ahora, se recomienda que las embarazadas ingieran entre 200 y 400 UI de vitamina D por día; las vitaminas prenatales contienen 400 UI. Pero existe un gran debate sobre esa recomendación: muchos investigadores cuestionan si las embarazadas, y el resto de la población, necesitan ingerir más vitamina D de lo que se recomienda oficialmente. American Journal of Obstetrics & Gynecology 2010;doi:10.1016/j.ajog.2010.06.036 |