Un test de la renina, hormona que regula la presión arterial, podría ayudar a los médicos a decidir el tratamiento farmacológico más efectivo para sus pacientes hipertensos, según han demostrado diversos estudios publicados en el American Journal of Hypertension. Entre las investigaciones se encuentra la realizada por el Dr. Stephen Turner y colaboradores de la Clínica Mayo (Estados Unidos), en la que se observó que los análisis de sangre que miden la renina pueden ayudar a guiar a los médicos en la selección de los fármacos para tratar la presión arterial elevada. Los pacientes que presentaban altos niveles de renina eran más propensos a responder al betabloqueante atenolol y menos proclives a responder al diurético hidroclorotiazida. Al mismo tiempo, un equipo dirigido por el investigador Michael Alderman, de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York, ha descubierto que algunas personas que toman antihipertensivos presentaban en realidad un aumento de la presión sistólica. Ese incremento fue más habitual en las personas con bajos niveles de renina que eran tratadas con un antagonista del calcio o un inhibidor de la ECA. Un tercer trabajo, liderado por Ajay Gupta, del Imperial College London (Reino Unido), revela que las personas de raza negra tienen menos probabilidades que los blancos a responder a los fármacos contra la renina. Actualmente, menos de la mitad de los pacientes obtienen buenos resultados cuando toman sólo un fármaco para la presión arterial y muchos deben tomar varios en combinación para mantenerla bajo control. Esta situación lleva a pensar a los médicos que un desajuste entre los medicamentos y las características de los pacientes pueden explicar por qué muchas personas no se benefician de los tratamientos antihipertensivos. En este contexto, los tests para medir los niveles de renina pueden ser útiles. “El enfoque único para todos los pacientes debe abandonarse”, advierte el Dr. Curt Furberg, de la Facultad de Medicina de la Wake Forest University, en Carolina del Norte. En su opinión, los investigadores saben desde hace mucho tiempo que los pacientes responden de manera distinta a los diferentes fármacos contra la hipertensión, aunque “no se traduce en pruebas y estrategias diferenciadas para ayudar a encontrar los mejores tratamientos para cada uno”. Asimismo, señala que los resultados sugieren la necesidad de nuevas guías para el tratamiento de la hipertensión, que incorporen pruebas para medir los niveles de renina en los pacientes. |