Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una cantidad creciente de mujeres en Gran Bretaña temen dar a luz en el invasivo ambiente hospitalario y prefieren tener a sus hijos en sus casas, sin la presencia de médicos o parteras, lo que aumenta los riesgos de complicaciones durante el alumbramiento. Días atrás, un informe de la Comisión de Salud de la Cámara de los Comunes expuso la falta de posibilidad de elección que enfrentan las madres a punto de dar a luz, y la poca predisposición de los médicos a favorecer un parto de características más naturales en un ambiente hogareño pero seguro. En consecuencia, son cada vez más las mujeres que deciden prescindir de lo que consideran el 01Cexcesivamente medicalizado01D ambiente hospitalario, para dar a luz en soledad.

Un informe del diario The Observer reveló la preocupación en sectores oficiales por este fenómeno, que por ahora no pudo ser cuantificado pero da señales de continuo aumento. Una encuesta inédita del National Childbirth Trust reveló que las tres principales prioridades de las mujeres que van a dar a luz son poder moverse libremente durante el trabajo de parto, tener acceso a una piscina y a un baño privado. Para las mujeres consultadas, el mejor lugar donde tener a sus hijos es en sus casas, seguidas por unidades dirigidas por parteras, y en último lugar los hospitales.

En teoría, las mujeres británicas tienen derecho a dar a luz en sus casas si lo desean: sin embargo, a muchas se les niega esa posibilidad porque los hospitales alegan no tener suficientes parteras o porque 01Cla cuota del mes ya se completó01D. Para enfrentar esta situación, el secretario de Salud, John Reid, anunció recientemente un proyecto para ampliar la posibilidad de elección de las mujeres en los servicios de maternidad. Las razones de estos resultados deben buscarse, según los especialistas, en las actitudes intransigentes de algunos médicos y el aumento de los partos por cesárea, que son menos comunes en las unidades dirigidas por parteras. Aunque los alumbramientos mediante esta cirugía son cada vez más frecuentes, sólo 3% de las mujeres se somete a una cesárea voluntariamente.