Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una dosis diaria de estrógeno, solo o con progestina, no consigue que las arterias dejen de estrecharse en mujeres posmenopáusicas con lesiones preexistentes, según los resultados del estudio Women´s Estrogen-Progestin Lipid-Lowering Hormone Atherosclerosis Regression Trial, o WELL HART, recogidos por 01CThe New england Journal of Medicine01D.



Para el autor principal del estudio, el Prof. Howard N. Hodis, de la University of Southern California, 01Cel WELL-HART y otros estudios similares nos dicen claramente que el estrógeno y la progestina no deben ser utilizados para tratar la arteriosclerosis en mujeres que ya tienen enfermedad cardiovascular01D.



En este trabajo, investigadores de cinco centros norteamericanos reclutaron a 226 mujeres postmenopáusicas, con una media de 64 años, que tenían al menos una área de estrechamiento arterial, detectada mediante angiograma. Fueron divididas en tres grupos: uno recibió sólo estrógeno, otro estrógeno y progestina, y un tercero el tratamiento médico habitual sin hormonas. Como parte del estudio, las participantes modificaron su dieta y recibieron medicación hipolipemiante.



Tras tres años de seguimiento, los investigadores no encontraron diferencias significativas en la oclusión arterial entre los tres grupos. Estos resultados son coincidentes con la mayoría de ensayos clínicos con THS para la arteriosclerosis en mujeres postmenopáusicas con enfermedad cardiovascular previa, pero no así con el estudio EPAT (Estrogen in the Prevention of Atherosclerosis Trial), realizado por el mismo grupo de investigadores, en el que se registró que la terapia estrogénica sin progestina ralentizaba la progresión de la arteriosclerosis. Sin embargo, en el EPAT las mujeres no presentaban lesiones previas y eran más jóvenes.



New England Journal of Medicine 2003;349:523-534.