Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo, en Suecia, han descubierto que un estilo de vida físicamente activo durante la adolescencia puede mitigar los efectos de la mutación del gen FTO que predisponen al sobrepeso y la obesidad, según un artículo publicado en el último número de la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
Entre los genes relacionados con la obesidad, el FTO es uno de los responsables de la acumulación de grasa en humanos y, de hecho, cada copia de la mutación de este gen se asocia con un incremento de 1,5 kilogramos. Sin embargo, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los resultados de esta investigación certifican que "su efecto prácticamente desaparece entre los adolescentes que cumplen las recomendaciones diarias de actividad física", reconoce el autor de este hallazgo, Jonatan Ruiz.
Para llegar a esta conclusión se basaron en los datos de un estudio liderado por la Universidad de Zaragoza que analizaba el efecto del FTO sobre el peso y la grasa corporal en adolescentes de nueve países de Europa. El 37% de los adolescentes analizados no tenía ninguna copia de la mutación, el 47% tenía una copia y el 16%, dos.
Sin embargo, los resultados del estudio demuestran que una modificación en el estilo de vida puede anular el efecto negativo sobre la salud de algunas mutaciones genéticas. Además, en el caso de los jóvenes "basta con hacer deporte durante una hora al día para poder atenuar el riesgo potencial de esta mutación genética", añadió.
Pese a todo, en el mismo estudio se observó que prácticamente un 60% de los adolescentes europeos no cumplen con estas recomendaciones pese a que "pueden contrarrestar una predisposición genética al sobrepeso y la obesidad", lamentó Ruiz.
El estudio desmonta también "la creencia y el temor generalizado de que la genética determina el riesgo de desarrollar una enfermedad y que contra esto no podemos hacer nada".