Las curvas cerradas, subidas, bajadas y la fuerte velocidad de las montañas rusas pueden provocar fuertes emociones pero, según un estudio del Henry Ford Hospital de Detroit (Estados Unidos), también molestias e incluso lesiones de oído por cambios de presión. Los resultados de esta investigación han sido presentados en el congreso de la Triological Society, que se celebra en Las Vegas. Además, los investigadores reconocen que el cambio de presión se produce a una velocidad tan rápida que difícilmente se puede combatir bostezando o masticando aunque, como explicó la doctora Kathleen Yaremchuk, del departamento de Otorrinolaringología del Henry Ford Hospital, se recomienda que los pasajeros permanezcan mirando hacia adelante durante el trayecto para no dejar que el impacto total de la aceleración golpee el oído. De hecho, el estudio dirigido por Yaremchuk analizó el barotrauma de oído inducido por una montaña rusa de un hombre de 24 años, que sufrió un dolor intenso en su oido derecho unas 36 horas después de haber montado en una montaña rusa de un parque de atracciones local. Cuando comenzó a aumentar de velocidad, el sujeto volvió su cabeza hacia la izquierda, provocando que el oido derecho sostuviera todo el impacto de la aceleración hacia adelante, en un momento en que la montaña alcanzó una velocidad máxima de 120 millas por hora (mph) en apenas cuatro segundos. Tras ser examinado por un equipo de otorrinolaringólogos, se comprobó que el oído izquierdo del paciente estaba normal mientras que el canal y el tímpano del oído derecho estaban inflamados. Posteriormente en un examen más exhaustivo, tras el que Yaremchuk y su equipo estimaron que el oído derecho del paciente había estado expuesta a alrededor de 0,6PS, una presión "no suficiente como para perforar el tímpano, pero sí para causar un barotrauma". Según estiman los investigadores, aproximadamente con una presión de 0,62 PSI se puede provocar el cierre capilar en las arteriolas (las arterias pequeñas de paredes delgadas que terminan en capilares) de los dedos humanos. Pese a este estudio, los autores reconocen que los amantes de las montañas rusas tampoco deben dejar de disfrutar de estas atracciones por el riesgo de barotrauma de oído, ya que fue una situación inusual en la que se giró la cabeza justo en el momento menos adecuado. |