Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las adolescentes que beben regularmente alcohol tienen un riesgo más alto de contraer una enfermedad benigna de las mamas en su juventud, un factor de riesgo importante en el desarrollo de cáncer de mama, asegura un estudio.
La investigación "Consumo de alcohol en adolescentes y riesgo de enfermedad benigna de mama en mujeres jóvenes" fue realizada desde 1999 al 2007 por especialistas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard entre más de nueve mil jóvenes de 50 estados del país, inicialmente de nueve a 15 años.
Los investigadores, encabezados por Catherine S. Berkey, interrogaron a las jóvenes en el 2003, ya de 16 a 23 años, sobre el consumo de alcohol en años anteriores y dos o más años más tarde, un total de 6899 mujeres, de 18 a 27 años fueron diagnosticadas con una enfermedad benigna de mama. La cantidad de alcohol consumido a temprana edad fue asociado con el incremento del riesgo de confirmación por biopsia de una enfermedad benigna en las mamas, y las jóvenes que bebían más tuvieron un riesgo mayor.
Las participantes que divulgaron el consumo de alcohol de seis a siete días por semana tenían más de cinco veces el riesgo de registrar este mal que las jóvenes que nunca bebieron o lo hacían una vez por semana, mientras que las que consumían alcohol de tres a cinco días por semana presentaron tres veces el riesgo.
Los resultados de la investigación son alarmantes, aseguran los autores, debido al creciente consumo de alcohol entre personas cada vez más jóvenes en Estados Unidos. Recordaron que esta práctica entre mujeres adultas es uno de los pocos factores de riesgo conocidos para el cáncer de mama.
Las conclusiones del estudio sugieren retrasar el inicio del consumo de alcohol y reducir las cantidades ingeridas como forma de prevenir algunos casos de enfermedades benignas y cáncer de mama.
Una declaración de la Academia Americana de Pediatría indica que aunque la edad legal mínima requerida para beber alcohol es de 21 años, la violación a esta disposición entre la juventud continúa siendo un problema grave en Estados Unidos. Agregó que el consumo de alcohol puede no sólo interferir en el desarrollo del cerebro de las adolescentes, sino que el consumo temprano está asociado con problemas en su futuro.
Otro estudio, coordinado por Megan E. Roberts, revela que es más probable que las jóvenes busquen ser vacunadas contra el virus del papiloma humano si reciben orientación sexual de sus madres y su aprobación, pese a que esta protección ha sido garantizada desde hace más de tres años.
En la investigación denominada "Comunicación madre-hija y la vacuna contra el virus del papiloma humano de estudiantes universitarias", que se publicará en la edición de mayo de la revista Pediatrics, participaron 972 jóvenes de sexo femenino, de 18 a 25 años, desde el verano del 2007 al del 2009.
El 49% de las estudiantes había recibido por lo menos la primera de la serie de tres inyecciones de la vacuna, y entre las que todavía no se vacunaban las que estaban interesadas en hacerlo en el futuro lo harían sólo si sus madres lo autorizaban. Las opiniones de las jóvenes sobre su riesgo de contraer el virus también contribuyeron a su interés en vacunarse.
Los autores concluyeron que la comunicación madre-hija y la aprobación de la vacunación son argumentos importantes del comportamiento de las mujeres jóvenes.
Pediatrics: http://www.pediatrics.org


Fuente: Chicago, abril  14/2010 (Notimex)