Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un nuevo estudio proporcionó algunas evidencias de que los pacientes que les temen a los efectos farmacológicos serían más propensos a sufrir efectos adversos.
El estudio incluyó a pacientes con un tipo especial de artritis. Si bien se necesitan más estudios sobre personas con otras enfermedades para confirmarlo, "es algo que sucedería con todos los fármacos", dijo a Reuters Health la doctora Yvonne Nestoriuc, de Philipps-University Marburg, en Alemania.
"Es algo que sucede en una gran cantidad de pacientes", afirmó.
Mientras que la mayoría de los efectos secundarios de los fármacos no son fatales o gravemente dañinos, Nestoriuc escribió en la revista Arthritis Care & Research que pueden "asustar y estresar" a los pacientes, y hasta disuadirlos de usarlos según lo indican los médicos.
Para investigar si esas creencias estarían relacionadas con la experiencia de efectos adversos, los investigadores pidieron a 100 pacientes con artritis reumática que respondieran el "Cuestionario de Creencias sobre Medicamentos", que explore las creencias generales y específicas de la necesidad y los riesgos ligados al uso de fármacos.
Los pacientes informaron también sobre efectos adversos asociados con el tratamiento farmacológico de la artritis reumática y el nivel de malestar que les generaron esos síntomas.
La artritis reumática es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por la inflamación, la rigidez y el dolor en las articulaciones. Según la Sociedad Nacional de Artritis Reumatoide, afecta a 20 millones de personas.
Al inicio del estudio, 77 pacientes dijeron que habían tenido efectos adversos. Los investigadores siguieron durante seis meses a 87 de los 100 participantes. De ese total, 45, es decir, el 52%, dijeron que los efectos adversos seguían molestando.
Los pacientes preocupados por los medicamentos y que, por ejemplo, coincidieron con la afirmación "me preocupa tener que tomar fármacos para la artritis", eran más propensos a haber informado efectos adversos tanto al inicio del estudio como si habían empezado a tomar un nuevo fármaco en los seis meses posteriores.
Los efectos adversos incluían erupción cutánea, malestar gastrointestinal y dolores de cabeza.
Esos pacientes eran también más propensos a informar los efectos a sus médicos, a tomar fármacos de venta libre y sin indicación médica, y a modificar las dosis de los fármacos. La edad fue el único factor que influyó en la posibilidad de informar problemas con los medicamentos.
Los pacientes con artritis reumática y que están especialmente preocupados por los fármacos o que esperan que les produzcan efectos secundarios, tienen alto riesgo de sufrirlos, dicen los expertos.
"Empezar a tomar un nuevo fármaco es un momento especialmente riesgoso porque las personas tienden a atribuirles erróneamente síntomas preexistentes y no dañinos", dijo Nestoriuc.
Los médicos pueden ayudar a los pacientes a evitar los efectos adversos si conversan con ellos sobre sus temores antes de recetarles un nuevo medicamento y los ayudan a tener "una visión más realista de los fármacos".


Fuente: Nueva York, marzo  17/2010 (Reuters Health)