Los genes en la madre y el feto juegan un papel importante en el riesgo de los nacimientos prematuros, una de las principales causas de muerte y discapacidad infantil, dijeron investigadores del Gobierno de Estados Unidos. El equipo señaló que variantes genéticas en la madre y el feto pueden hacerles susceptibles a una respuesta inflamatoria e infecciones en el útero de la madre gestante, lo que eleva el riesgo de que un bebé nazca de forma prematura es decir, antes de las 37 semanas de gestación. Un bebé prematuro tiene un riesgo 120 veces mayor de morir que uno nacido en el término normal y los supervivientes pueden sufrir dificultades respiratorias, hemorragias cerebrales y problemas neurológicos significativos como: parálisis cerebral. "Los nacimientos prematuros cuestan a Estados Unidos 26 millones de dólares al año. Es uno de los desafíos más serios y significativos a la medicina y a la sociedad y cuya importancia todavía no es completamente reconocida", dijo el doctor Roberto Romero, de los Institutos Nacionales de la Salud. Romero, que presentó sus hallazgos en un encuentro en Chicago, dijo que los descubrimientos respaldan la idea de que el nacimiento prematuro es un mecanismo evolutivo que trata de proteger al bebé y a la madre de las infecciónes. "Hemos establecido que uno de cada tres bebés prematuros nace de una madre que tiene una infección intra-amniótica", que afecta el líquido normalmente estéril que rodea al feto en desarrollo, explicó Romero. Ya que la respuesta a las infecciones está controlada por los genes, Romero y sus colegas se pusieron a identificar cuáles de ellos influyen en la respuesta a las infecciones en el líquido amniótico. Para el estudio, el equipo de investigadores analizó 190 genes de más de 700 variantes de ADN a partir de 229 mujeres y 179 niños prematuros nacidos en Chile y comparó a estos con los genes de 600 mujeres que parieron a sus bebés a los nueve meses. "Lo que encontramos fue que había algunas variantes del ADN en el feto que estaban asociadas al hecho del nacimiento prematuro", dijo Romero en una entrevista telefónica. En el feto, la influencia genética más fuerte es el receptor de interleucina 6, que se involucra en la respuesta del cuerpo a la inflamación. En la madre, los científicos encontraron un gen llamado tejido inhibidor de metaloproteinasas 2, o TIMP2, que afecta a las estructuras del cuello del útero y al útero que se rompen al comienzo del nacimiento. Romero dijo que cuando hay una infección, la combinación de estos dos perfiles genéticos eleva el riesgo de nacimiento prematuro ya que el cuerpo intenta preservar las vidas de la madre y el bebé. La esperanza es que los descubrimientos puedan llevar a pruebas genéticas que afirmen si una mujer es propensa a un nacimiento prematuro, dijo. "No hemos llegado, pero este es el principio", sostuvo. Alrededor de medio millón de bebés en Estados Unidos y 13 millones en todo el mundo nacen prematuramente cada año. Fuente: Chicago, febrero 6/2010 (Reuters) |