La exposición prolongada a la cocaína puede causar cambios permanentes en la forma en que los genes se activan y desactivan en el cerebro, un hallazgo que permitiría desarrollar tratamientos más efectivos para muchos tipos de adicciones, precisaron investigadores estadounidenses. Un estudio con ratones realizado por el equipo de Ian Maze, de la Escuela de Medicina Mount Sinai en Nueva York, reveló que la adicción crónica a la cocaína impedía que una enzima específica realizara su trabajo de supresión de algunos genes en los circuitos cerebrales del placer. Este efecto provocaba que los roedores ansiaran aún más la droga, según estudio publicado en la revista Science. La investigación explica cómo el consumo de cocaína modifica el cerebro, dijo la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas, que pertenece a los Institutos Nacionales de Salud. "Este hallazgo está habilitando una nueva comprensión sobre cómo el uso reiterado de drogas modifica de manera duradera la función de las neuronas", manifestó Volkow en una entrevista telefónica. Para el estudio, el equipo administró a un grupo de ratones jóvenes dosis reiteradas de cocaína y a otro, dosis repetidas de solución salina y después una única de cocaína. Los autores detectaron que una forma en que la cocaína altera los circuitos de recompensa del cerebro es a través de la represión del gen 9A, lo que genera una enzima que juega un papel clave en la activación y desactivación genética. Otros estudios hallaron que los animales expuestos a la cocaína por un período de tiempo prolongado se someten a cambios drásticos en la manera en que los genes se activan y desactivan, y desarrollan una preferencia muy fuerte por la cocaína. Este trabajo ayuda a entender cómo sucede el proceso e incluso conduciría a nuevas formas de superar la adicción, destacó Volkow. En el estudio se demostró que estos efectos podrían revertirse aumentando la actividad del gen 9A. "Cuando se hace eso, se revierten completamente los efectos del consumo crónico de cocaína", indicó Maze. Este mecanismo no se reduciría sólo a la dependencia de cocaína sino que podría generar una nueva área de investigación en adicciones a otras drogas, como el alcohol e incluso la nicotina, concluyó. Science: http://www.sciencemag.org/ Fuente: Chicago, enero 9/2010 (Reuters |