Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Se sabe desde hace tiempo que la dopamina y la serotonina están implicadas en el control muscular, la memoria, el sueño y la conducta emocional, así como en enfermedades como el Parkinson y algunos trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, un nuevo estudio también concluye que estos neurotransmisores también tienen un papel en la regulación de la longevidad.



Lo afirman investigadores estadounidenses de las universidades de North Carolina State y de Alabama, en un artículo publicado en la edición electrónica de "Nature Genetics". Explican que hay tres variantes naturales del gen que codifica la DOPA decarboxilasa (DDC), enzima necesaria para la producción de dopamina y serotonina. Estas variantes, según la investigación, comportan el 15% de la contribución genética a la variación en la expectativa de vida en la mosca del vinagre, Drosophila melanogaster.



A juicio de los investigadores, el efecto de este gen es de gran importancia para al como la longevidad, en la que están implicados muchísimos genes con efectos relativamente pequeños.



Las tres variantes actúan de una forma compleja sobre la variación de la longevidad en la mosca del vinagre, de manera que algunas incrementan el tiempo de vida y otras lo reducen.



Los autores añaden que su hallazgo tiene importantes implicaciones para el ser humano, ya que creen que el gen DDC es un candidato para la regulación de la longevidad de las personas.



Nature Genetics 2003,doi:10.1038/ng1218