El estrés psicológico en la oficina o el sitio de empleo puede hacer más difíciles que los trabajadores afectados por depresión desempeñen sus tareas y sean productivos, según estudio publicado en la American Journal of Health Promotion. "Hay un enorme costo económico y un costo humano", dijo Debra Lerner, autora principal del estudio y directora del Programa sobre Salud, Empleo y Productividad en el Instituto de Investigación Clínica y Estudios de Políticas de Salud del Centro Médico Tufts, en Estados Unidos. "Tenemos que desarrollar y probar programas que enfoquen directamente la situación en el empleo de las personas con depresión", añadió la experta. Los investigadores analizaron los casos de 14 268 adultos empleados y compararon la situación de 286 trabajadores deprimidos y 193 no deprimidos. Para el estudio, el equipo reclutó a los participantes -del 2001 al 2003- en consultorios médicos. En muchos casos, los trabajadores afectados por la depresión tenían problemas en su sitio de empleo, destacó Lerner. "A menudo estaban fatigados y tenían problemas de motivación, indicó. "También podían tener dificultades para ajustarse al ritmo de trabajo o a una rutina, para desempeñar tareas físicas y aún para el manejo de su carga de trabajo habitual", agregó. Las conclusiones indican que hay una vinculación entre la productividad de un empleado y su capacidad para controlar su trabajo. "El sitio de trabajo sí desempeña una parte importante", apuntó Lerner. Ronald Kessler, profesor del Departamento de Políticas de Salud en la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, señaló que las conclusiones "son coherentes con un creciente conjunto de pruebas de que la depresión tiene importantes efectos adversos en el desempeño laboral, tanto por el ausentismo como por el comportamiento en el trabajo". La depresión tiene un efecto mayor sobre la asistencia y la productividad que "la gran mayoría de otras condiciones de salud, con excepción quizá de los problemas músculo- esqueléticos y el insomnio", señaló. Estas conclusiones han llevado al desarrollo de varios programas para detectar la depresión en el sitio de trabajo y tratar a los trabajadores afectados. "Las evaluaciones empiezan a mostrar que estos programas pueden ser eficientes en términos de costos cuando se aplican cuidadosamente en la reducción de los costos indirectos de la depresión", expresó Kessler. Fuente: Washington, enero 4/2010 (EFE) |