Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Con motivo de la celebración de su primer año de vida, la Red de Investigación e Inflamación y Enfermedades Reumáticas (RIER) ha organizado un simposio internacional en el que se ha puesto de manifiesto que la investigación de las bases moleculares de las enfermedades reumáticas se convertirá en la principal vía de desarrollo de terapias curativas. Así, los expertos han puesto de manifiesto que los nuevos tratamientos para las enfermedades inflamatorias crónicas pueden controlar más eficazmente sus manifestaciones pero no las curan definitivamente.

La Red de Investigación en Inflamación y Enfermedades Reumáticas (RIER) está conformada por 22 grupos de investigación que centran sus trabajos en el conocimiento de los factores celulares y moleculares implicados con el fin de identificar nuevas vías terapéuticas. La búsqueda de nuevas terapias para algunas enfermedades aún consideradas intratables, u orientadas a la curación definitiva de otras para las que solo se dispone de medidas paliativas, son los mayores desafíos a los que se enfrenta la I+D en Reumatología.

Así, durante los últimos años se está generando un enorme conocimiento en Reumatología, sobre todo en las áreas de biología molecular y genética de las enfermedades inflamatorias, que en este momento debe transformarse en beneficio real para los pacientes.

“La situación actual con la que nos encontramos es que hemos mejorado mucho nuestra capacidad de tratar pero somos aún incapaces de curar muchas de las enfermedades reumáticas. Las nuevas terapias han servido para controlar las diferentes dolencias, pero no contamos con herramientas que nos permitan acabar con ellas de forma definitiva”. Así lo explica el Dr. José Luis Pablos, del Servicio de Reumatología del Hospital 12 de Octubre y coordinador de la Red de Investigación en Inflamación y Enfermedades Reumáticas (RIER).

Esta red, financiada por el Instituto de Salud Carlos III, ha celebrado su primer aniversario con la mencionada reunión internacional en la que han participado investigadores de primera fila a nivel mundial en este campo. “Sin duda alguna, éste ha sido el marco ideal para la formación, uno de los principales objetivos de la red, y para el intercambio de conocimiento entre los investigadores básicos y clínicos implicados”, indica el Dr. Pablos.
“Actualmente conocemos numerosos factores genéticos responsables de estas enfermedades, que no podemos modificar, y que generalmente desencadenan una respuesta inmune anormal que tampoco podemos reprogramar”, explica el Dr. Pablos. “Por este motivo, profundizar en el conocimiento de los mecanismos celulares y moleculares que vinculan los cambios genéticos con la enfermedad es fundamental en este momento”.


Uno de los desafíos en Reumatología que destaca el Dr. Pablos es conseguir alguna terapia para aquellas enfermedades en las que no existe ningún tratamiento eficaz “En una patología como la artrosis –una de las más prevalentes en Reumatología y con una enorme trascendencia social y económica- no podemos ofrecer ningún fármaco que la modifique, sólo podemos paliar sus síntomas como el dolor”.

Otro de los retos que también se plantean en esta especialidad médica es la investigación de terapias en enfermedades consideradas como raras o huérfanas, tales como la esclerodermia –también conocida como esclerosis sistémica-. “A pesar de que se está haciendo una investigación muy intensa al respecto, aún no hemos conseguido desarrollar soluciones eficaces”.

Aún teniendo en cuenta estos importantes retos con los que se enfrenta la investigación, el futuro en estas áreas se vislumbra prometedor, puesto que son numerosas las vías de investigación que se están desarrollando, sobre todo a nivel preclínico, pero de las que saldrán durante los próximos años aplicaciones clínicas que mejoren calidad de vida de estos pacientes.
Tras un año desde su puesta en marcha, la RIER ya cuenta con una estructura suficientemente formada, en la que diferentes grupos de investigación han pasado de ser desconocidos a trabajar de forma colaborativa en diversos proyectos.

Actualmente son más de 200 investigadores los que conforman la RIER, aunque pretende ser un ente dinámico capaz de integrar a través de nuevos proyectos a nuevos investigadores en éste área temática, apunta el Dr. Pablos.

En total son 22 grupos de investigación repartidos por hospitales, universidades y centros de investigación de toda la geografía española. Catorce de estos grupos están ubicados en centros hospitalarios, vinculados a servicios asistenciales de reumatología, y otros ocho forman parte del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o de centros universitarios.
“Esta estructura es un claro exponente de la orientación traslacional de la investigación en este área, con el imprescindible equilibrio entre la investigación básica y el desarrollo clínico-asistencial”, explica el Dr. Pablos.

Aunque un año es un período muy corto, esta primera etapa ha servido para que los distintos grupos se conocieran entre sí, además de poner en marcha algunos proyectos y continuar con aquéllos que diversos grupos ya estaban llevando a cabo en sus centros hospitalarios o de investigación. De hecho, como resultado de estos proyectos cooperativos, numerosos trabajos sobre todo en el área de genética y bases moleculares, y en los que colaboran varios grupos de la red, han sido ya publicados.

“Uno de nuestros principales objetivos es ampliar estos proyectos ya comenzados a un mayor número de grupos y potenciarlos, pero también diseñar otros nuevos contando con esta estructura de red, en los que se impliquen todos los equipos que estén interesados”.

A partir del próximo año se pondrá en marcha una de las herramientas que será de mayor utilidad para la RIER. Se trata de una plataforma online de información donde los distintos investigadores puedan compartir datos clínicos, identificar muestras biológicas o intercambiar conocimientos.