Ahora nos enfrentamos a una pandemia causada por un virus nuevo y epidemiológicamente diferente, el virus de la pandemia de influenza del 2009 A (H1N1) (virus de la gripe porcina), contra el que unas pocas personas nacidas desde 1970 tienen anticuerpos. La gravedad de la enfermedad en el individuo varía, y nuestra comprensión del papel de la infección bacteriana en la infección por el virus H1N1 del 2009 aun está en evolución. Un resumen actualizado de los aislamientos bacterianos de los 53 casos pediátricos fatales de H1N1 con un muestreo adecuado de sitios normalmente estériles, mostró que 17 (32%) presentaron patógenos bacterianos de los cuales 8 fueron Staphylococcus aureus, y de éstos, 6 fueron de S. aureus meticilino-resistente (SARM) (http://www.cdc.gov/flu/weekly/). Aunque los datos de los casos fatales no son representativos de las enfermedades por influenza comúnmente vistas por los médicos a nivel de la comunidad, el hecho de que la neumonía bacteriana secundaria esté apareciendo con la nueva cepa H1N1, supone un reto a los médicos que toman decisiones sobre el tratamiento con antibióticos a sus pacientes con influenza que presentan enfermedad del tracto respiratorio inferior. La tabla 1 describe cualitativamente algunos de los factores que podrían hacernos considerar un componente bacteriano en la enfermedad por influenza H1N1. |