Las mujeres cuyos senos se vuelven flácidos tras comenzar una terapia hormonal de sustitución (THS) durante la menopausia tienen casi el doble de riesgo de desarrollar cáncer de mama que aquellas cuyos pechos no se debilitan por esos fármacos, según los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California Los Ángeles (Estados Unidos) y publicado en el último número de la revista Archives of Internal Medicine (2009;169:1684-1691). El equipo investigador explicó que la flacidez mamaria sería una forma de identificar a las mujeres que corren más riesgo de padecer cáncer de mama mientras reciben THS para tratar la menopausia. Para ello, el estudio analizó datos de más de 16.000 mujeres que consumieron estrógeno más progestina como parte del estudio Women's Health Initiative. En el trabajo, 8.506 pacientes tomaron estrógeno más progestina y 8.102 recibieron píldoras placebo. A partir de su análisis, los investigadores hallaron que las participantes que tomaban tratamientos hormonales tenían el triple de riesgo de desarrollar flacidez mamaria, mientras que aquellas que tenían debilitamiento en los senos después de tomar las píldoras hormonales eran un 48% más propensas a tener cáncer de mama que las demás mujeres que seguían THS. Sin embargo, el equipo indicó que la relación entre la flacidez de senos y el riesgo de cáncer de mama “no estaba claro”. Una de las hipótesis es que la terapia hormonal hace que las células del tejido mamario se multipliquen más rápido, aunque el estudio no pudo confirmarlo. “Necesitamos descubrir qué vuelve a ciertas mujeres más susceptibles a desarrollar flacidez mamaria durante la terapia hormonal”, concluyó la directora de la investigación, Dra. Carolyn Crandall. |