Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Preparar una cirugía lo mejor posible parece tener sentido, excepto en un caso: el uso de imágenes por resonancia magnética (IRM) para planificar una operación de cáncer mamario haría más daño que bien, según reveló un nuevo estudio.
Los médicos suelen usar las IRM para refinar sus planes quirúrgicos y tratar de salvarles a las pacientes la mama afectada.
Pero, en realidad, hacerlo retrasaría el tratamiento y aumentaría la probabilidad de que esas mujeres necesiten una mastectomía (extirpación de la mama) para eliminar los tumores.
"Sin evidencia de mejores resultados, nuestro estudio no respalda el uso rutinario de las IRM para seleccionar a las pacientes o facilitar la realización de la terapia conservadora mamaria", escribió el equipo del doctor Richard J. Bleicher, del Centro del Cáncer Fox Chase, en Filadelfia.
El estudio, publicado en Journal of the American College of Súrgenos, incluyó a 577 pacientes; a 130 se les había realizado una IRM previa al tratamiento. La tasa de uso de las IRM mostró la creciente popularidad de la técnica, que pasó del 13% en el 2004 al 27% en el 2006.
Hacer una IRM significaba demorar la cirugía más de tres semanas, indicó el equipo.
El uso de las IRM elevó un 80% la probabilidad de realizar una mastectomía y no mejoró la habilidad de los cirujanos de asegurarse de que habían extirpado todo el tumor.
"El estudio advierte con cuidado que en la práctica no se observarían los beneficios 'obvios' de la IRM", concluyó el equipo.

Fuente: Nueva York, agosto 4/2009 (Reuters Health)