Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha convertido su plan de reforma sanitaria en una de sus máximas prioridades en política interna y los republicanos no han dudado en volver a tacharle de “socialista” por su propuesta. En palabras de Michael Steele, director del Comité Nacional Republicano, “Obama se está aventurando un experimento peligroso”, que en su opinión sólo servirá para dañar la economía y forzar a millones de estadounidenses a renunciar a su actual cobertura sanitaria.

Las críticas de los republicanos no solamente se centran en Obama y la Casa Blanca sino también en el Congreso, principalmente en la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Según Steele, “Obama y Pelosi quieren construir un sistema cerrado y de proporciones colosales en el que Washington tenga la última palabra, pero los republicanos apoyamos un sistema abierto en el que tanto pacientes como médicos tomen las decisiones”.

El comité de Salud del Senado aprobó la semana pasada, por 13 votos a favor y 10 en contra, un proyecto de ley de reforma sanitaria que pretende extender la cobertura a millones de estadounidenses y que los seguros médicos sean más efectivos y a un precio más razonable.

Aunque la votación supone un paso adelante para la reforma sanitaria de Obama, en un país con más de 25 millones de personas sin seguro médico, lo cierto es que ha vuelto a toparse con la oposición de un grupo de senadores que podría paralizar el proyecto de ley, razón por la que el presidente a ha pedido al conjunto de la población que respalde su reforma. De hecho, ha convocado una nueva rueda de prensa en horario de máxima audiencia para mañana miércoles en la que, con total seguridad, la reforma sanitaria se convertirá en uno de los temas centrales.

El proyecto de ley, denominado Cobertura sanitaria accesible y de calidad para todos los estadounidenses, contempla la creación de un nuevo seguro médico público para competir con los que ofrece el sector privado, con lo que se pretende universalizar la cobertura.

La nueva legislación obligaría a la mayoría de las empresas a ofrecer un seguro médico a sus empleados o en su defecto pagar una prima anual de 750 dólares por cada trabajador de tiempo completo, aunque aquellas compañías que tengan menos de 25 personas estarán exentas de cumplir este requisito.