El cambio climático está reduciendo los arrecifes de coral del Caribe y exterminando algunas especies raras, según estudio publicado por la Universidad de Anglia (Inglaterra). El 75% de todos los arrecifes de la zona tropical del Atlántico occidental se encuentran en su mayor parte aplanados. En los años 70 la cifra era del 20%, según los expertos. Los científicos liderados por Lorenzo Alvarez-Filip advierten sobre un imprevisible efecto dominó para la flora y fauna marinas. El colapso de las estructuras de arrecife pone en peligro la biodiversidad de las especies, el hábitat de otras especies marinas, la pesca, la calidad del agua y el deterioro de las costas. Para evitar que los arrecifes desaparezcan, se requiere de una acción política, señalan. Según observaciones de investigadores marinos, los arrecifes de coral del Caribe perdieron ampliamente sus estructuras filigranadas. Mediante la secreción de cal se habían creado a lo largo de siglos estructuras de gran colorido y riqueza de formas, donde los peces buscan refugio. En el transcurso de cuatro décadas estas estructuras se volvieron ostensiblemente uniformes, escriben los científicos en los Proceedings of the Royal Society B. Con las estructuras de coral se pierde también la protección natural de las costas. Cuando los corales son arrastrados o se extinguen, aumenta enormemente el riesgo de erosiones en la costa y las inundaciones. En consecuencia peligra la existencia de muchas islas pequeñas. Las islas más grandes suelen perder tierras que no se pueden recuperar. Los investigadores ambientales británicos y canadienses atribuyen el cambio en el mundo de los corales al calentamiento de la tierra. Los corales necesitan una temperatura acuática relativamente constante, de entre 20 y 29 grados. En otras regiones marinas, como en el Océano Índico, un fenómeno meteorológico extraordinariamente violento como El Niño provocó con sus corrientes marinas cálidas daños a los corales. Según el estudio, los corales caribeños fueron aplastados en dos fases. En la primera, a finales de los años 70, un germen patógeno exterminó a los corales “cuerno de ciervo" y “cuerno de alce". La segunda fase comenzó en los últimos años. El desencadenante fue el aumento en la intensidad e incidencia de pérdida de color de los corales, como consecuencia de las temperaturas más cálidas. La investigación toma en consideración más de 500 estudios provenientes de 200 arrecifes a lo largo de los últimos 40 años. Según las informaciones de los expertos se trata del único estudio que señala las consecuencias geológicas. Fuente: Londres, junio 10/2009 (AFP) |