Vacunas terapéuticas, tratamientos que apuntan a funciones específicas de las células cancerígenas y pruebas que prevean la eficacia de una terapia aparecen cada vez más como armas prometedoras contra el cáncer. Los resultados de varios estudios clínicos presentados en el 45 Congreso Anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO), la mayor conferencia mundial sobre el cáncer, confirman la evolución de los tratamientos contra el cáncer cada vez más personalizados según las características genéticas y biológicas individuales de los enfermos. Explotando los avances en materia genética, en biología e informática, la lucha contra el cáncer se volverá cada vez más personalizada. “Reconocemos que, al igual que cada paciente es diferente, cada cáncer tiene una biología distinta con características propias que conducen a evoluciones diferentes que requieren tratamientos a medida”, explicó el doctor Richard Schilsky, presidente de la ASCO. Uno de los estudios presentados muestra que el nivel de las proteínas MSH2 y ERCCI en un cáncer de pulmón permite predecir la eficacia a largo plazo de una quimioterapia estándar a base de cisplatina, después de retirar quirúrgicamente el tumor. Los pacientes con un bajo nivel de estas proteínas, usadas por las células cancerígenas para reparar los daños a su ADN provocados por la quimioterapia, respondían mucho mejor al tratamiento. “No tengo dudas de que este enfoque de tratamientos específicos y personalizados representa el futuro de la oncología", indicó el experto en la conferencia de Orlando (Florida). “Es un paso más hacia tratamientos personalizados para enfermos cuyo tumor pulmonar fue retirado", explicó el doctor Pierre Fouret, profesor del Instituto Gustave Roussy en Villejuif, Francia, autor del estudio. Los resultados alentadores de otros estudios clínicos sobre las denominadas vacunas terapéuticas van en el mismo sentido, sobre todo la más concluyente, que se centró en pacientes con un linfoma folicular no Hodgkin, forma agresiva del cáncer linfático. Los pacientes que fueron tratados con la vacuna BiovaxID, de la firma estadounidense Biovest Internacional, no tuvieron rastros de la enfermedad durante 44 meses, comparado con 30 meses en los pacientes del grupo control. La vacuna es fabricada con tejidos tomados del tumor de cada uno de los enfermos y apunta a una proteína específica en las células cancerosas. Para las terapias específicas, un estudio clínico presentado es esperanzador contra el cáncer de mama más difícil de curar. Este tratamiento (BSI-201 de la compañía Sanofi) neutraliza una enzima denominada PARP que impide selectivamente que juegue su papel reparador de ADN para las células cancerosas, volviendo las quimioterapias más eficaces. Después de seis meses, aproximadamente el 62% de los pacientes tratados con el BSI-201 combinado con quimioterapia mostró una mejoría clínica, contra el 21% en el resto. American Society of Clinical Oncology: http://www.asco.org/ Fuente: Orlando, Estados Unidos, junio 1/2009 (AFP) |