Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La migraña o jaqueca es un tipo de dolor de cabeza usualmente muy intenso y es capaz de incapacitar a quien lo sufre, y tiene un origen neurológico. Expertos aseguran que esa enfermedad se caracteriza por ataques de dolor severo en sólo un lado de la cabeza, náusea, vómito y fotofobia o dolor que empeora con el movimiento.
Los síntomas y su duración varían de paciente a paciente, y también de un ataque a otro. Hay especialistas que los atribuyen a vaso dilatación en la cabeza y cuello, e investigaciones más recientes sugieren que la causa es la activación del trigémino, el principal nervio sensitivo de la parte más elevada del cuerpo humano.
Se especula que la sordera de Beethoven la originó fuertes cefaleas que este trataba de curar metiendo la cabeza en una cubeta de agua helada, que su pelo largo retenía la humedad a la altura de las orejas y pudo dañar su sistema auditivo.
El Doctor Roberto Reyes Lorente, de la Clínica de Atención a la Cefalea, del Centro Internacional de Salud Las Praderas, en su libro "La Migraña y Yo", la describe como una enfermedad neurológica no transmisible, que requiere de un seguimiento en el cual la educación del paciente representa la ventaja fundamental para mejorar sus síntomas.
Reyes Lorente es uno de los creadores del Migraprecol y el Migramenstrual, medicamentos de probada efectividad contra una enfermedad que afecta a la quinta parte de la población del planeta. En su texto precisa que antes de comenzar el dolor, en cada paciente aparecen (aunque no siempre) las siguientes auras: visión en candelilla o pérdida de ella, borrosa o doble, debilidad o cambios sustantivos en una parte del cuerpo.
Aconseja que usted se fije si 72 horas antes del comienzo del dolor siente algo que le avisa la inminencia de una crisis. Tales datos, de acuerdo con Reyes Lorente, puede ayudarle a prescindir de los medicamentos en exceso, los cuales enmascaran o transforman los síntomas y convierten en diario su dolor de cabeza.
El autor señala que los medicamentos preventivos sólo debe recetarlos el especialista y deben administrarse con antelación a la crisis, para que cuando esta llegue puedan disminuirla en intensidad, frecuencia y duración. Sobre todo, no olvidar nunca, advierte el neurólogo, que no somos iguales en nuestro dolor de cabeza y el alivio debe buscarse en la verdadera personalización de los síntomas, el entorno y las costumbres del paciente.
Como medidas alternativas, recomienda hielo en bolsa aplicado al lado contrario donde se localiza el dolor y después rotarlo alrededor de la cabeza. También, aplicar Vaposan o Pomada China, evitar la claridad, cerrar los ojos con un paño que los cubra, tranquilizarse y, de ser posible, acostarse de lado con la cabeza en la almohada, sobre el hemisferio que no duele. Si la estrategia no resulta, es inevitable visitar al médico, pues solo él podrá mostrar con exactitud qué hacer ante esa enfermedad generalizada, aunque sin afectar a todos por igual.


Fuente: Washington, mayo  18/2009 (PL)