Una innovadora vacuna con un precio de dos dólares por unidad podría ser la solución para erradicar la tuberculosis en el 2015, cuando concluirán los ensayos clínicos, afirmaron científicos. "Es factible erradicar esta dolencia en el 2015", sostuvo el director ejecutivo de la Fundación Aeras, Jerald Sadoff, en alusión a la diosa griega de la venganza, con la que comparó a la tuberculosis en su alocución en el Foro Internacional contra esta enfermedad que se celebra en Río de Janeiro. La tuberculosis causa la muerte cada año a 1,75 millones de personas, a pesar de que existe una vacuna desde 1921, conocida como BCG, y una sencilla cura que combina cuatro medicamentos durante un período de seis meses, a un reducido precio de 20 dólares. "En muchos países no se tienen 20 dólares por persona y en la farmacia es fácil que no tengan los cuatro medicamentos", explicó la directora de relaciones exteriores de Aeras, Peg Willingham, que también señaló que la vacuna obviamente no ha podido frenar la epidemia. La octogenaria BCG sólo es eficaz en bebés y en las variantes no pulmonares, por lo que no sirve para evitar el 80% de los casos de tuberculosis. Con fondos de la Fundación Bill Gates, Aeras financia y apoya el desarrollo de dos vacunas propias y cuatro creadas por laboratorios privados que pretenden hacer pasar a la historia a la tuberculosis, la que se ha convertido en un serio problema en África donde es la principal causa de muerte para los seropositivos. La propia Aeras ha mejorado la fórmula de la BCG para hacerla "más segura y eficaz" y para potenciar sus efectos positivos, como el refuerzo del sistema inmunológico, factor que puede ser decisivo para el combate del sida. Esta vacuna espera ayudar a destruir las células infectadas en los alveolos, en lugar de inhibirlas, como hacía la antigua BCG, lo que serviría para bloquear la infección inicial e impedir que se desarrolle el germen. Entre todos los candidatos a convertirse en vacuna, el más avanzado es un producto de la Universidad de Oxford, que este año va a ser inoculado en 3000 bebés, posiblemente en Sudáfrica. "Será la prueba más avanzada en bebés que se haga en una clínica desde 1920", aseguró Willingham. Para llegar a este punto, la vacuna ha tenido que pasar por pruebas en animales, adultos sanos y en grupos de riesgo en países con gran incidencia de tuberculosis, puesto que las pruebas se deben desarrollar en al menos 40 mil individuos durante cuatro años. Una de las mayores novedades que está probando Aeras es un aerosol que serviría para aplicar la vacuna directamente en el pulmón, amplificando su eficacia hasta cien veces. Se aplicaría como un inhalador contra el asma bronquial, en forma de polvo seco, que sería muy barato, fácil de aplicar y de conservar, puesto que ha demostrado una gran estabilidad a temperatura ambiente y hasta cinco meses después de su fabricación. El aerosol todavía no se ha probado en humanos, pero ha tenido resultados alentadores en monos. "Otra gran ventaja es que no hay que utilizar agujas, lo que es un peligro de infecciones en los países que podría haber tentación para reutilizarlas", añadió Willingham. La cuestión del costo es la que más preocupa a este laboratorio, que condiciona la financiación a los proyectos para que se ofrezca un precio reducido a los países pobres, aunque se deja libertad a los socios para cobrar lo que quieran en los países ricos. "No vale de nada tener una vacuna buena si la gente que la necesita no tiene acceso a ella. Buscamos que cueste como máximo dos dólares, aunque igual conseguimos que salga más barata", comentó. Otra de las condiciones que impone Aeras es fabricar las muestras en diversos países pobres, para estar cerca de los consumidores y evitar problemas de distribución que podrían ocurrir si sólo hay una fuente. El optimismo de los responsables del proyecto es muy elevado, pero Sadoff advirtió que tal vez, la primera vacuna fracase al principio, recordando que no han habido avances clínicos en la lucha contra esta enfermedad en muchas décadas. "Tenemos que convivir con los fracasos para conseguir llegar al futuro", concluyó. Fuente: Río de Janeiro, marzo 24/2009 (EFE) |