Según concluye un estudio publicado en el último número de "JAMA", un crecimiento del cerebro más rápido de lo normal durante el primer año de vida puede ser un signo del riesgo de autismo. Para los autores, de la Universidad de California, en San Diego (Estados Unidos), se trata del primer proceso activo del neurodesarrollo que se descubre en niños autistas. El hallazgo se basa en la revisión de datos médicos de 48 niños con trastorno del espectro del autismo, que incluye en trastorno autista y el trastorno pervasivo del desarrollo. Se dispuso de la medida de la circunferencia craneal al nacimiento y en varios momentos de la primera infancia. Observaron que estos niños tienen al nacer un tamaño craneal inferior a lo normal. Sin embargo, entre los 1-2 meses y los 6-14 meses de edad, experimentan un repentino y excesivo crecimiento de la circunferencia de la cabeza. Además, este crecimiento excesivo es más pronunciado en niños con trastorno autista que en aquellos con trastorno pervasivo del desarrollo. Por ello, los autores consideran que su descubrimiento puede emplearse como indicador temprano del trastorno, con el fin de que se pueda intervenir cuando el cerebro del niño se encuentra aún en un estadio maleable, lo cual puede derivar en mejores resultados terapéuticos. JAMA 2003;290:337-344 |