Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Una variación genética combinada con deficiencia de vitamina D en la juventud puede aumentar las posibilidades de desarrollar esclerosis múltiple (EM) según se informó en un artículo publicado en la revista PLoS Genetics. El estudio sugiere que administrar suplementos de vitamina D a mujeres embarazadas y a niños pequeños podría disminuir el riesgo de padecer la enfermedad, la investigación se corresponde con la evidencia que relacionaba la “vitamina del sol” con la condición autoinmune, que afecta a 2,5 millones de personas en el mundo. La vitamina D es un suplemento seguro y relativamente económico con posibles beneficios sustanciales para la salud. Existen evidencias de que reduce el riesgo de desarrollar cáncer y ofrecer protección contra otras enfermedades autoinmunes, indicó Sreeram Ramagopalan, experto de la Universidad de Oxford. La EM es una enfermedad del sistema nervioso que causa daño en la cubierta de mielina que protege a las células nerviosas, que genera síntomas que van desde un vago hormigueo hasta la ceguera y parálisis. La vitamina D, que se produce cuando la piel es expuesta a la luz solar y se encuentra en los pescados grasos como el salmón, suele agregarse a la leche y otros alimentos en muchos países. Hay indicios de que ayuda a disminuir la presión arterial, la inflamación y mejora el sistema inmune. “Sabemos desde hace tiempo que los genes y el ambiente determinan el riesgo de EM. Aquí demostramos que el principal factor de riesgo ambiental, la vitamina D, y la región genética más importante están directamente relacionadas e interactúan”, agregó George Ebers, de la Universidad de Oxford. El grupo de científicos reveló que las proteínas activadas por la vitamina D se adhieren a una secuencia particular de ADN que se ubica en la variación DRB1 y como consecuencia activan el gen. La escasez de la vitamina puede generar un mal funcionamiento genético. Esto implica para las personas que portan la variación, que una deficiencia en la juventud puede perjudicar la capacidad de deshacer las células T que invaden al cuerpo y producen la pérdida de mielina en las fibras nerviosas. “En las personas con la variante DRB1 relacionada con la EM, al parecer la vitamina D juega un rol clave. Si hay muy poca vitamina D disponible, el gen no funciona de manera adecuada”, añadió Julian Knight. Fuente: Londres, febrero 6/2009 (Reuters) |