Más del 43% de los pacientes que padecen esquizofrenia se han sentido en alguna ocasión discriminados por sus familiares o amigos, según un estudio publicado por The Lancet. Esta investigación, encabezada por el profesor Graham Thornicroft, del Instituto de Psiquiatría del King's College London, demuestra que los casos de discriminación se dan en mayor medida en el ámbito familiar o entre amigos que a la hora de encontrar trabajo o en las relaciones sexuales. El estudio es el resultado de 732 entrevistas mantenidas con esquizofrénicos de 27 países diferentes, y en él también se refleja que el 64% de los participantes experimentaron la llamada “discriminación previa”, es decir, renunciaron a solicitar empleo o formación por temor a ser discriminados en el proceso de selección. El 55% de los sujetos entrevistados reconocieron haber sufrido también uno de estos episodios de “discriminación previa” cuando buscaban pareja para entablar una relación sentimental. Un 43% fue objeto de episodios de discriminación por parte de algún familiar; el 47% se sintió rechazado al hacer amigos o conservarlos; el 29% afirmó haber sido discriminado una vez conseguido su trabajo mientras que otro 27% dijo haberlo sido cuando afrontaba una relación íntima o sexual, solo el 5% de los entrevistados señaló que su enfermedad le sirvió para ser excluido positivamente en alguna ocasión, según este estudio. “Las tasas tanto de discriminación previa como de discriminación negativa son considerablemente altas” dentro del colectivo de enfermos mentales, destacaron los autores en el estudio. En opinión de los investigadores, las medidas para combatir esta situación -por ejemplo, con leyes de protección de los discapacitados-, podrían no ser efectivas si no se interviene en la autoestima de estas personas. Los autores apuntan además que las experiencias de discriminación negativa en diferentes ámbitos de la vida de pacientes con esquizofrenia pueden estar relacionadas con una intervención restrictiva previa en el servicio de salud mental. Si este estudio es confirmado por otros posteriores, podría servir a los servicios de salud mental para centrarse más en “la promoción de la inclusión social” y “reducir la dependencia de tratamientos obligatorios”, afirmaron los expertos. En esta investigación participaron también varios miembros del grupo INDIGO, especializado en el estudio de las consecuencias de la discriminación y los estigmas. The Lancet: http://www.thelancet.com Fuente: Londres, enero 20/2009 (EFE) |