Científicos finlandeses y suecos han descubierto que el consumo regular de café en la edad madura puede ser un baluarte eficaz para combatir el peligro de la demencia y el mal de Alzheimer en la vejez. En un informe difundido por la Journal of Alzheimer's Disease, los investigadores de la Universidad de Kuopio, Finlandia y del Instituto Karolinska, Suecia, indicaron que el descubrimiento podría contribuir en los esfuerzos para frenar el impacto del Alzheimer y la demencia. El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa y progresiva que no tiene cura y que afecta, principalmente, a las personas mayores de 60 años. La investigación se desarrolló con participantes de un estudio efectuado entre 1972 y 1987. Tras una media de 21 años, 1409 de esos individuos de entre 65 y 79 años respondieron un cuestionario que identificó 61 casos de demencia (48 con Alzheimer). Según Miia Kivipelto, investigador de la Universidad de Kuopio y del Instituto Karolinska, el objetivo fue analizar la relación entre el consumo de café y té en la edad madura y las manifestaciones de demencia y Alzheimer en la vejez. El estudio fue motivado por el hecho de que se desconoce el efecto a largo plazo de la cafeína en el sistema nervioso central y la certeza de que los procesos patológicos que conducen al mal de Alzheimer pueden iniciarse décadas antes de la manifestación clínica de esa enfermedad, añadió. El estudio determinó que quienes consumieron café en la edad madura corrían un menor riesgo de sufrir demencia o el mal de Alzheimer en comparación con quienes no consumían la infusión o lo hacían en menor medida. El menor riesgo (65%) se registró entre los bebedores moderados de café (entre tres y cinco tazas al día), indicaron los científicos. "En vista del gran consumo de café en términos globales, los resultados podrían tener importantes implicaciones en la prevención o el retraso de la demencia o el mal de Alzheimer", señaló Kivipelto. No obstante, los investigadores indicaron que los resultados deben ser confirmados con otros estudios, aun cuando abren la posibilidad de que la intervención dietética modifique el riesgo de estas dos enfermedades. Además, indicaron, la identificación de los mecanismos con los que el café protege contra ambas entidades podría ayudar en el desarrollo de nuevas terapias. Fuente: Washington, enero 16/2009 (EFE) |