Un test realizado al comienzo del embarazo para identificar defectos genéticos en el feto, como el síndrome de Down, puede estar asociado con un mayor riesgo de que el bebé tenga mancha de nacimiento o angioma infantil. La prueba de las vellosidades coriónicas consiste en usar una aguja para extraer muestra de la estructura embrionaria que forma la placenta. Se puede realizar a partir de la semana diez del embarazo, lo que permite obtener células fetales para identificar anomalías cromosómicas. Estudios publicados -en la década de 1990- sugieren que la prueba podía afectar al feto. El doctor Lewis B. Holmes, del Hospital General de Niños de Massachussets (Estados Unidos), revisó la literatura para definir si la aplicación del test esta asociada con la aparición de los hemangiomas infantiles y defectos en las extremidades. “Sólo existen pocos estudios sobre la incidencia de hemangiomas en niños expuestos a la prueba”, según se publicó en Journal of Craniofacial Surgery. En una de estas investigaciones se halló hemangiomas cavernosos o “en frutilla” en 12 de 95 niños que se les realizó la prueba (12,6%), a diferencia de tres de 87 niños expuestos a amniocentesis (3,4%), que se hace en una etapa más avanzada del embarazo. En otro estudio, el 21,1% de 578 niños que habían estado expuestos al test tenía un hemangioma, comparado con el 7,4% de 445 que habían estado expuestos a amniocentesis. Algunos niños del primer grupo tenían hemangiomas múltiples. Además, se analizaron pruebas relacionadas con el test y los defectos congénitos en las extremidades, en especial en los dedos de las manos y se detectó alguna correlación. La evidencia sugiere que estos riesgos aumentan cuanto más temprano se hace la prueba de vellosidades coriónicas en el embarazo, como por ejemplo a las semanas ocho y nueve de gestación. Una investigación halló subdesarrollo o ausencia de un par de dedos en uno de 3372 niños sometidos al procedimiento, comparado con uno de 53 751 no expuestos. Otro estudio realizado de 1988 a 1992 demostró que los defectos en las extremidades eran seis veces más comunes en los bebés expuestos a la prueba de vellosidades coriónicas. La prueba detecta enfermedades genéticas graves, como el síndrome de Down, por lo que los beneficios de sus resultados superarían el riesgo probable de hemangiomas u otros defectos congénitos, concluyeron. Fuente: Nueva York, enero 7/2009 (Reuters Health) |