Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) han conseguido demostrar por primera vez que las células madre adultas del músculo liso tienen la capacidad para autorrenovarse una vez trasplantadas. Los científicos trasplantaron las células madre a las patas traseras de ratones con lesiones experimentales y pudieron restablecer su funcionamiento. Los resultados del trabajo se han hecho públicos durante la reunión anual de la Sociedad Americana de Biología Celular, que se celebra en San Francisco.

Las células madre adultas del estudio fueron aisladas de una población mixta de células satélite del músculo esquelético de los ratones, que se encuentran justo bajo la membrana que rodea las fibras musculares, suelen responder a daños en el tejido al producir células progenitoras que se convierten en mioblastos, fusionándose en miofibras para reparar el tejido dañado.

Los autores trasplantaron las células madre en ratones con el sistema inmunitario suprimido cuyas células satélite musculares habían sido eliminadas de su pata trasera mediante radiación.

Los investigadores, dirigidos por Alessandra Sacco y Helen Blau, habían modificado genéticamente las células madre trasplantadas para que expresaran las proteínas Pax7 y luciferasa. Como resultado, cada célula trasplantada brillaba bajo la luz ultravioleta y podía ser seguida con facilidad.

Los autores pudieron así seguir cada célula trasplantada a medida que proliferaba con rapidez e injertaba su progenie en el tejido muscular irradiado. Luego lesionaron el tejido regenerado, y demostraron que las células madre y su descendencia habían conseguido restaurar de nuevo la función muscular.

Después de aislar las células madre que brillaban por la luciferasa del animal trasplantado, los científicos duplicaron, o clonaron, las células en el laboratorio. Como las células madre originales, las copias clonadas estaban intactas y eran capaces de renovarse.

"Estamos emocionados con los resultados. Se sabía que estas células satélite son cruciales para la regeneración del tejido muscular, pero es la primera demostración de la autorrenovación de una única célula", explica Alessandra Sacco.

Según señalan los investigadores, la capacidad de aislar y trasplantar células madre musculares adultas músculo-esqueléticas podría tener un importante impacto en el tratamiento no sólo de una variedad de enfermedades de desgaste muscular, como la distrofia muscular, sino también de graves lesiones musculares o la pérdida de función derivada del envejecimiento o del desuso.

En otros experimentos, los investigadores trasplantaron entre 10 y 500 células madre con luciferasa en los músculos de las patas de ratones. Estas células también proliferaron y se injertaron formando nuevas miofibras y fusionándose con las fibras lesionadas.

A diferencia de las células tumorales, las células madre trasplantadas lograban la homeostasis, creciendo a un nivel constante estable y dejando de replicarse.