Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Tan sólo con una prueba universal voluntaria del VIH y el inicio inmediato de la terapia antirretroviral tras un diagnóstico positivo podría reducirse la transmisión del virus del sida hasta el punto de que su eliminación podría ser posible hacia el año 2020 en el caso de una epidemia generalizada como la de Sudáfrica. Es lo que concluye un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se publica en la edición digital de "The Lancet".

Los investigadores, dirigidos Reuben Granich del Departamento de VIH/Sida de la OMS en Ginebra (Suiza), utilizaron modelos informáticos para mostrar que esta combinación de actuaciones reduciría los casos de VIH en una epidemia grave generalizada de 20 por 1.000 a 1 por 1.000 personas en un periodo de 10 años.

A finales de 2007, 3 millones de personas habían recibido terapia antirretroviral en todo el mundo, aunque 6,7 millones seguían necesitando tratamiento y otros 2,7 millones más se infectaron en ese mismo año. Los autores utilizaron modelos matemáticos y datos de Sudáfrica como caso de prueba de una epidemia generalizada y que asumió que todas las transmisiones eran heterosexuales.

Descubrieron que la estrategia de la prueba universal y el tratamiento precoz tras el diagnóstico positivo aceleró la transición de una fase endémica, en la que la mayoría de los adultos con VIH no recibían tratamiento, a una fase de eliminación, en la que la recibían todos en un periodo de cinco años. Además, la estrategia reduciría los casos de VIH hasta 1 por 1.000 personas en 10 años, un descenso del 95%.

Según explican los investigadores, en vez de afrontar una presión constante de nuevas infecciones, la mortalidad disminuiría rápidamente y la epidemia comenzaría a tener la forma de una epidemia concentrada con poblaciones particulares bajo riesgo.

Los autores señalan que, en este caso, el foco de control cambiaría de hacer llegar la terapia antirretroviral a todos los que la necesitan a proporcionar apoyo a quienes reciben la terapia. La transmisión se reduciría a niveles bajos y la epidemia entraría en una disminución mantenida hacia la eliminación a medida que los que recibieran la terapia envejecieran y fallecieran.