Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el desarrollo de la 28ª reunión de la Conferencia General, del 25 de octubre al 16 de noviembre de 1995 en París, declararon el Día Internacional para la Tolerancia, para desarrollar y fomentar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinciones por raza, género, lengua, origen nacional, religión o discapacidad, así como en el combate contra la intolerancia. El documento consta lo siguiente: "Teniendo presente que la Carta de las Naciones Unidas declara: nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra... a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona... y con tales finalidades a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos". La definición que la UNESCO resalta de la tolerancia nos sirve para reflexionar sobre ella: "La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz. Tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia. Ante todo, la tolerancia es una actitud activa de reconocimiento de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás. En ningún caso puede utilizarse para justificar el quebrantamiento de estos valores fundamentales. La tolerancia han de practicarla los individuos, los grupos y los Estados... Conforme al respeto de los derechos humanos, practicar la tolerancia no significa tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales o atemperarlas. Significa que toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas. Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. También significa que uno no ha de imponer sus opiniones a los demás. Bertold Bretch en su poema "Ahora me llevan a mí" hace referencia al desarrollo del nazismo antes de la Segunda Guerra Mundial: "Primero se llevaron a los comunistas pero a mi no me importó porque yo no lo era. Enseguida se llevaron a unos obreros pero a mi no me importó porque yo tampoco lo era. Después detuvieron a los sindicalistas pero a mi no me importó porque yo no soy sindicalista. Luego apresaron a unos curas pero como yo no soy religioso tampoco me importó. Ahora me llevan a mi pero ya es tarde." En este Día Internacional de la Tolerancia, hagamos un compromiso con una tolerancia que sea activa, que nos permita aceptarnos, respetarnos y a vivir en paz. Luchar contra la intolerancia no es fácil, pero es el único modo de evitar que acabemos como el personaje del poema. Fuente: La Habana, noviembre 16/2008 (Al Día) |