Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El incremento de la obesidad en Estados Unidos está ocasionando otro efecto también alarmante: la tasa de casos nuevos de diabetes mellitus casi se duplicó en Estados Unidos en los últimos 10 años, dijo el jueves el gobierno.
Las tasas más altas se registraron en el sur, según la primera revisión estado por estado de diagnósticos nuevos. La peor estuvo en Virginia occidental, donde aproximadamente 13 de cada mil adultos fueron diagnosticados con la enfermedad en el período 2005-2007. La tasa más baja se registró en Minnesota, con cinco de cada mil.
A nivel nacional, la tasa de casos nuevos se elevó cerca de nueve por cada mil a mediados de la década de los años 1990. Casi el 90% de los casos son diabetes mellitus tipo 2, la forma vinculada a la obesidad.
Los descubrimientos coinciden con las tendencias vistas en la obesidad y falta de ejercicio, dos aspectos de salud en los cuales los estados del sur del país también están en los niveles más críticos. No es sorprendente que el problema sea mayor en el sur, coincidió Matt Petersen, quien supervisa datos y estadísticas para la Asociación Estadounidense de la Diabetes.
El estudio, dirigido por Karen Kirtland, del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), proporciona un panorama actualizado sobre dónde está detonando la enfermedad.
La información deberá ser de gran ayuda mientras el gobierno y las compañías de seguros médicos deciden dónde enfocar las campañas de prevención, señaló Petersen.
La diabetes mellitus fue la séptima causa de muerte en el país en el 2006, según los CDC. Más de 23 millones de estadounidenses padecen esta dolencia, y la cifra está creciendo rápidamente. Aproximadamente 1,6 millones de casos nuevos se diagnosticaron entre adultos el año pasado.
La diabetes mellitus tipo 2 no produce ni utiliza insulina, una hormona necesaria para convertir el azúcar en energía.
La enfermedad puede ocasionar que se acumule el azúcar en el organismo, provocando complicaciones como enfermedades del corazón, ceguera y problemas de circulación que pueden derivar en amputaciones.
El estudio realizó una encuesta que involucró a más de 260 mil adultos. Virginia occidental, Carolina del sur, Alabama, Georgia, Texas y Tenesí tuvieron las tasas más altas, con 11 casos por cada mil o superiores. Puerto Rico estuvo tan alto como Virginia occidental. Minnesota, Hawai y Wyoming tuvieron las tasas más bajas.

Fuente: Atlanta, octubre 30/2008 (AP)