Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

.- La intervención quirúrgica para separar a las siamesas iraníes Laleh y Ladan Bijani, de 29 años y unidas por la cabeza y el tronco, ha entrado en su fase crítica. Los doctores del hospital de Singapur intentan cortar la vena que comparten los dos cerebros.



El neurocirujano singapurés Keith Goh y el cirujano plástico Walter Tan, ambos del hospital privado Raffles, dirigen a un equipo médico de 12 cirujanos, ocho anestesistas y cuatro radiólogos, además de un centenar de profesionales de soporte procedentes de varios países y hospitales. La intervención, que podría prolongarse entre dos y cuatro días, comenzó a las 0.00 horas (06.00 hora española), cuando los doctores cortaron una vena de la pierna derecha de Ladan.



Las siamesas, que han preferido poner en peligro sus vidas a tener que continuar juntas, comparten el seno venoso sagital superior. Los cirujanos necesitan la vena de la pierna para construir un nuevo vaso sanguíneo en el cerebro de una de las hermanas, antes de separar sus troncos.



Momento más complicado



Esta parte de la operación comenzará en torno a la medianoche, y durará unas 12 horas. "Es probablemente uno de los aspectos más críticos de la operación. Como hemos venido reiterando, la clave de la separación es la vena del cerebro que comparten", ha explicado el doctor Prem Kumar Nair, portavoz del hospital.



En cuanto al desarrollo de la operación, el médico ha afirmado que todo marcha según lo preciso, y que los doctores están satisfechos con la evolución.



Los doctores de Singapur realizaron una operación similar en 2001, cuando separaron a dos siamesas nepalíes de 11 meses unidas por la cabeza. Sin embargo, este tipo de operación en adultos no tiene precedentes.



Antes de entrar en quirófano, Laleh y Ladan rezaron y compartieron bromas con amigos, contentas de haber logrado, por fin, convencer a unos médicos para que las separaran, tras años intentándolo.



Necesitan vivir separadas



Doctores alemanes rechazaron operar a las hermanas Bijani en 1996, alegando que no sobrevivirían a la separación.



Lejos de achantarse, los siamesas se han mantenido firmes en su propósito, y es que sienten la necesidad de hacer vidas separadas. Ladan quiere ejercer como abogada en su localidad natal, Shiraz, mientras que a Laleh le gustaría trabajar como periodista en Teherán.



Después de meses de pruebas en el hospital Raffles de Singapur, que incluyeron tomografías computerizadas, resonancias magnéticas y angiografías, los médicos determinaron que la cirugía era viable.



"Hemos rezado cada día por nuestra operación". Estamos emocionadas, ya que hemos esperado 29 años", explicaban la pasada semana. "Estamos reparadas para cualquier consecuencia, con tal de tener la posibilidad de llevar vidas independientes", añadían.



"Si Dios quiere que vivamos el resto de nuestras vidas como dos individuos separados, lo haremos", indicó Ladan. "Nunca hemos tenido tanta confianza como ahora, pero estamos dispuestas a asumir todos los riesgos", agregó.



El portavoz del hospital que tras la operación para quitar la vena de la pierna, los cirujanos estéticos comenzaron a preparar los cueros cabelludos, para la posterior intervención de separación de los sesos.



Durante toda la operación, las siamesas permanecerán sentadas, apoyadas en un marco especial.



Lso médicos utilizarán un sistema computerizado de imagen guiada para separar cada nervio y vaso sanguíneo y determinar cuál pertenece a cada una.



La intervención tendrá un coste de alrededor de 250.000 euros debido al elevado precio de los aparatos utilizados, y ni el hospital ni el equipo médico cobrarán nada por sus servicios.



Problemas de salud



Ante el debate que ha suscitado el grave riesgo que corren las vidas de las hermanas, Goh insistió en que la actuación médica es necesaria, "no una simple cuestión frívola o de estética".



Las últimas pruebas revelaron además que la presión sanguínea en el cerebro de las pacientes es el doble de la que tiene una persona en condiciones normales, lo que les provoca fuertes dolores de cabeza.



Si las dos jóvenes iraníes salen con vida del proceso, bautizado como 'Esperanza', les aguarda un largo periodo de rehabilitación en el que, además de la asistencia médica, recibirán atención psicológica para superar los efectos emocionales de su separación.



Singapur se interesó en este caso porque aspira a convertirse en un centro regional médico de primera línea y porque, según Goh, existen esperanzas reales ya que la tecnología para este tipo de intervenciones ha avanzado mucho en los últimos cinco años.



Los gemelos unidos por la cabeza se dan sólo una vez en cada dos millones de nacimientos, y lo cierto es que las operaciones de separación no han dado buenos resultados hasta ahora.