Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una investigación publicada en el último número del "British Medical Journal" pone de manifiesto lo difícil que es dejar de fumar definitivamente, pese a los resultados relativamente positivos que se obtienen a corto plazo.



Investigadores del Institute of Health Sciences de Oxford (Reino Unido) revelan que la mitad de personas que consiguieron dejar el hábito durante un año o más tras haberse sometido a tratamiento de deshabituación con parches de nicotina, finalmente vuelve a fumar.



Los autores contactaron con participantes de un estudio iniciado ocho años antes, en el cual lograron abandonar el tabaco durante un año o más el 9% de los fumadores. De ese escaso porcentaje, el 46% había vuelto a fumar con posterioridad. Así, apenas el 5% de los participantes del estudio original sigue sin haber encendido un cigarrillo, lo que da idea de que fumar es un hábito extremadamente difícil de abandonar, escriben los autores, añadiendo que, "tal como esperábamos, la terapia de sustitución nicotínica ayuda a romper el ciclo de adicción, pero no puede sustituir todos los placeres asociados al consumo de tabaco".



El estudio también muestra que el éxito de la terapia depende en gran parte de la personalidad de cada cual. Por ejemplo, los fumadores de mayor edad, los que tienen apoyo social y los menos dependientes de los cigarrillos encontrarán más fácil dejar el hábito utilizando terapias de sustitución nicotínica. En este contexto, los autores señalan que las técnicas más efectivas para tratar el tabaquismo son aquellas que tienen en cuenta las necesidades y personalidad de los pacientes. "Tenemos que individualizar los tratamientos y darnos cuenta de que personas diferentes responderán a diferentes tipos de terapia", declaran.



Los resultados actuales proceden del seguimiento a 1.686 fumadores participantes en un estudio llevado a cabo entre 1991 y 1992, que evaluó la efectividad de los parches de nicotina utilizados durante 12 semanas. Consiguieron no fumar durante un año un total de 153 participantes, incluyendo los que recibieron sólo placebo. Al cabo de ocho años, sólo 83 seguían sin fumar.



British Medical Journal 2003;327:28-29