Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una investigación de una universidad brasileña permitió descubrir que un simple examen de la capacidad olfativa puede funcionar para diagnosticar precozmente el mal de Parkinson.
El estudio con ratones realizado por investigadores del Departamento de Farmacología de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) confirmó que la capacidad olfativa es una de las primeras que pierden las personas con la enfermedad.
La reducción de la sensibilidad olfativa y la pérdida de habilidades cognitivas anteceden los síntomas motores clásicos de la enfermedad, según el estudio del que informa Ciencia Hoje, un portal de noticias de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia.
De acuerdo con los investigadores, la enfermedad provoca una reducción de las neuronas que producen la dopamina, una sustancia neurotransmisora que convierte impulsos en movimientos musculares, pero esa disminución afecta primero el olfato.
Para verificar tal hipótesis, los investigadores inyectaron en ratones de laboratorio una neurotoxina conocida como MPTP, que destruye las neuronas que producen dopamina y que, por lo tanto, provoca las alteraciones de comportamiento y neuroquímicas que caracterizan al mal de Parkinson.
La pérdida de la capacidad olfativa fue la primera alteración percibida en los animales del estudio.
Los investigadores usaron una caja de madera con dos salas, en una de las cuales colocaron serrín nuevo, sin olores ni contactos con otras sustancias, y en la otra el serrín en que dormían y se alimentaban los ratones.
Los animales que no recibieron la toxina prefirieron pasar la mayor parte del tiempo en el ambiente que les era familiar y los que la recibieron dividieron su tiempo igualmente en ambas salas y no fueron capaces de notar las diferencias.
Los daños olfativos provocados por la toxina fueron percibidos tras un día de exámenes, en tanto que los daños motores tan sólo fueron observados tres semanas después.
"Los procedimientos adoptados permitieron un análisis más preciso de las etapas de la enfermedad y el descubrimiento de nuevos síntomas", explicó el farmacólogo Rui Daniel Prediger, uno de los responsables del proyecto.
"En un futuro, cuando perfeccionemos la técnica, pruebas periódicas de olfato, que son simples y baratas, podrán ser hechas en personas con más de 50 años para intentar diagnosticar precozmente la enfermedad", agregó.
Dichas pruebas, sin embargo, exigirán otros exámenes para descartar resultados equivocados (falsos positivos), ya que existen otros factores de riesgo que afectan la sensibilidad olfativa, como el envejecimiento, el tabaco y las alergias respiratorias. El descubrimiento, ya patentado, ahora está siendo probado en laboratorios de Estados Unidos y Alemania, según Ciencia Hoje.
Según las estadísticas citadas en el estudio, cerca de 66 millones de personas en todo el mundo sufren el mal de Parkinson, una enfermedad que actualmente apenas es diagnosticada cuando cerca del 60% de las neuronas que producen la dopamina ya están afectadas, lo que dificulta cualquier tipo de tratamiento.

Fuente: Río de Janeiro, septiembre 6/2008 (Xinhua)