Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Científicos hallaron en una gramínea que habita en la Antártida genes capaces de anular el impacto de la luz ultravioleta, cuyos principios activos se están empleando en el desarrollo de fármacos contra el cáncer de piel. Así lo explicó EFE el investigador Gustavo Zúñiga durante el IV Simposio Latinoamericano sobre Investigaciones Antárticas y la VII Reunión Chilena de Investigación Antártica, que se celebró entre el miércoles y el viernes de la pasada semana en el puerto chileno de Valparaíso, a unos 125 kilómetros al oeste de Santiago. “Hemos demostrado que algunas moléculas presentes en la Deschampsia Antarctica -una especie de gramínea que habita en el continente blanco- son capaces de anular el impacto que provoca la radiación ultravioleta, aunque aún no sabemos si pueden curar el cáncer”, explicó Zúñiga, de la Universidad de Santiago de Chile. La investigación es adelantada por científicos chilenos, españoles y holandeses. Junto a otros expertos, Zuñiga trabaja en identificar las propiedades de la Deschampsia Antarctica y la Colobanthus quitensis, las dos únicas plantas vasculares (con un sistema que transporta agua, minerales y otros nutrientes) que viven en la fría Antártida, una región en la que se concentra el agujero de la capa de ozono. Los científicos, que ya han identificado y caracterizado los genes responsables de este proceso, han iniciado ahora tanto los trámites para patentar esos compuestos que presentan actividad anticancerígena, como su aplicación en el desarrollo de fármacos, algunos ya en fase intermedia. Estos hallazgos también podrían aplicarse en la elaboración de nuevos cosméticos, mejorar los procesos industriales por sus propiedades antioxidantes e incluso en cultivos transgénicos, según Zúñiga. La información genética se podría transferir a otras gramíneas, una familia de plantas entre las que se encuentran el trigo, el arroz, el maíz, la cebada o la avena, base en su conjunto de la alimentación mundial y que podrían verse afectado por el cambio climático en todo el planeta. A nivel teórico, el biólogo chileno León Bravo Ramírez, de la Universidad de Concepción, también adelanta que si se identificaran los genes de la Deschampsia Antarctica que determinan su resistencia al frío se podrían aplicar en otras gramíneas, ya que la mayoría de especies de esta familia se congelan a temperaturas bajo cero. No obstante, advierte de que esa resistencia no está determinada por un solo gen, sino que es una respuesta multigénica, y actualmente no existe la tecnología necesaria para transferir un grupo grande de genes a otros organismos. El simposio, organizado por el Instituto Antártico Chileno, reunió a 280 expertos de 12 países que expusieron 127 trabajos vinculados al continente blanco, con investigaciones sobre su diversidad biológica, las conexiones entre Sudamérica y la Antártida y el cambio climático. Fuente: Valparaíso, Chile, septiembre 5/2008 (EFE) |