Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

En el marco del V Congreso Europeo de Gerontología, que se desarrolla en Barcelona, se han presentado los resultados del estudio PROSPER (PROspective Study on Pravastatin in the Elderly at Risk), los cuales muestran que el tratamiento con pravastatina reduce en un 24% el riesgo de muerte coronaria en pacientes mayores de 70 años. Además, el beneficio asociado a esta estatina se logra de forma segura, ventaja que los expertos valoran especialmente en el tratamiento de estos pacientes, que en la mayoría de casos necesitan tomar más de un medicamento para controlar otros factores de riesgo, caso de la hipertensión arterial.



El Prof. James Shepherd, jefe del Departamento de Bioquímica Patológica de la Universidad de Glasgow y principal investigador del PROSPER, afirmó que son varias las lecciones que pueden extraerse de este ensayo clínico. "Una de ellas 013declaró- es que ya podemos concluir que las estatinas son tan eficaces y seguras en los ancianos como en los adultos de mediana edad. Por tanto, si aun así estos fármacos no se prescriben a los ancianos, entonces los médicos privarán a estos pacientes de un tratamiento efectivo, porque están considerando que no merece la pena o que es demasiado caro".



De hecho, tal como comentó el Prof. José Manuel Ribera Casado, catedrático de geriatría y presidente del Congreso, las estatinas se utilizan escasamente en población anciana, pese a los beneficios ampliamente demostrados en otros grupos de edad.



En la realización del citado estudio participaron investigadores de Reino Unido, Irlanda y Holanda, y sus primeros resultados se presentaron en Chicago en noviembre del pasado año. Fueron incluidos 5.804 varones y mujeres entre 70 y 82 años de edad, la mitad de los cuales tenía antecedentes de enfermedad vascular y la otra mitad factores de riesgo como hipertensión, tabaquismo o diabetes.



Fueron distribuidos en dos grupos para recibir pravastatina (40 mg) o placebo. Los resultados revelaron, como se ha dicho, que el fármaco disminuye en un 24% el riesgo de muerte coronaria. Además, redujo en un 19% la incidencia de acontecimientos coronarias.